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Crítica: 'La Liga de la Justicia de Zack Snyder' (HBO), una película completamente nueva y superior

La Liga de la Justicia de Zack Snyder es, efectivamente, una película completamente nueva y quizá de lo mejor de DC.

La Liga de la Justicia de Zack Snyder es, efectivamente, una película completamente nueva y quizá de lo mejor de DC.
La Liga de la Justicia | HBO

Antes de comentar si el estreno en HBO de La Liga de la Justicia de Zack Snyder merece la pena o no hay que contar un cuento tan apasionante o más que la propia película. Una historia de cómo esta segunda versión de un "blockbuster" estrenado en 2017 y olvidado inmediatamente después ha llegado a realizarse y que podría marcar un antes y un después, para bien y para mal, de cómo se realizan las películas.

Durante el rodaje de la Liga de la Justicia original hace ya más de cinco años, el director de 300 y la magistral Amanecer de los muertos, así como responsable de los planes originales de las adaptaciones de DC Cómics, Zack Snyder, decidió abandonar su película, piedra angular de un plan maestro de más largometrajes compuesto hasta ese momento por las vilipendiadas (y de creciente culto) Hombre de Acero y Batman v Superman, debido al suicidio de su hija y las constantes cuitas con un estudio disconforme con el tono más bien oscuro y pesimista de sus películas anteriores. Snyder tiraba la toalla de su superproducción pese a haber concluido casi todo el rodaje y haber peleado cada fracción del mismo, decidido a pasar tiempo con su familia y, quizá, confiado en haber rodado una versión razonablemente cercana a su idea original. El estudio contrató entonces a Joss Whedon, director de película rival Los Vengadores y su secuela, para aparentemente finalizar su realización. Se ocultaba la verdadera finalidad de Warner Bros, reformular todo el proyecto, volver a rodar la película casi por entero (pese a que el crédito como director de Snyder se mantuvo) y modificar los planes originales del director, quien había planificado una trilogía sobre la Liga de la Justicia y una coda final protagonizada por el resucitado Superman de Henry Cavill. El filme que llegó a las pantallas en 2017 duraba "solo" dos horas y limaba todas asperezas y oscuridades de la saga original, tan criticada por cierta sección de público y la crítica, solo para fracasar tanto en taquilla como en el ámbito periodístico, que no obstante alabó la ligereza del conjunto para pasar a otra cosa inmediatamente después. Una ligereza sospechosamente similar a la que el estudio rival, Marvel, otorgaba a sus largometrajes de superhéroes.

La decepción campó a sus anchas por un "fandom" dividido. Pero algo sobrevivió. Tras una intensa campaña en redes sociales que contó con el apoyo de sus estrellas por el ya célebre "Snyder Cut", un mediático juicio por el supuestamente nefasto comportamiento del segundo director Whedon (su actitud con Gal Gadot y especialmente Ray Fisher motivó una investigación que derivó en la salida de Whedon de otro posterior proyecto con HBO, sin más detalles), un radical cambio de gestión en el estudio así como el lanzamiento de la plataforma HBO Max (con unas cifras no tan buenas como se esperaba) cambiaron sin saberlo el panorama. Y en medio de ese caos, y con una buena ración de polémica bien redirigida por Snyder hacia la promoción de su proyecto, el coronavirus entró en escena. El estudio y la propia HBO se encontraron en una situación excepcional, imposibilitados para estrenar sus grandes apuestas fílmicas durante prácticamente dos años y encontrando a la vez una inesperada salida: finalizar los efectos visuales de una película que ya estaba rodada y guardada en un cajón, pero que ya no encajaba con el canon de la factoría tras dos años dando tumbos, y estrenarlo en su nueva y flamante plataforma de streaming, la nueva protagonista de la función.

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Snyder dirige a Ben Affleck y Gal Gadot | Cordon Press

Y aquí tenemos la versión del director de La Liga de la Justicia, o mejor dicho, La Liga de la Justicia de Zack Snyder: una película que pese a respetar el andamiaje argumental de la original es, sin embargo, totalmente distinta en forma y fondo, que dura dos horas más (su duración se extiende hasta los 242 minutos) y añade más acción, cameos, sorpresas y sobre todo, un desarrollo de personajes que a los detractores del asunto les parecerá sumamente aburrido.

Aunque, y aquí empieza el comentario, las cuatro horas de esta nueva liga se pasan absolutamente rápido. La película es, precisamente, la más aventurera y humorística de todas las aportaciones de Snyder (casi todos los gags de Flash, paradójicamente, se conservan en esta versión, y aún se añaden otros) y el resultado una obra más clásica y con menos vocación nihilista que las anteriores. La violencia de algunos momentos que motivan su calificación "R" es más bien anecdótica y fácilmente prescindible, y la larga exposición de personajes juega y se intercala de una manera casi magistral con las limitadas posibilidades de la trama.

Dicho de otro modo: La Liga de la Justicia de Zack Snyder, en su vocación de extravagancia de formato IMAX televisado, de capricho y evidente venganza emocional por parte de su director, podía durar perfectamente una hora menos, pero todo lo que hay en ella está verdaderamente bien. De hecho, sorprendentemente bien. Todas las actuaciones sin excepción son mejores que las de la película estrenada en cines y dirigida por Whedon (atención, no obstante, al desconocido Ray Fisher como Cyborg, el más beneficiado del conjunto) y la acción resulta fluida, pura e interesante. La capacidad de Snyder de crear viñetas icónicas se mantiene en todo en energético metraje, un más que probable orgasmo de cuatro horas para los fans del DCEU. Y con una nota de picante adicional: todo en ella apuntala un tipo de macroespectáculo fantasioso, total e inmersivo, de sagas como El Señor de los Anillos o Star Wars, sin duda la inspiración de Snyder para este nuevo capítulo coral de la saga, pero añadiendo una realización y un devenir mucho más sencillo, fluido y natural.

Como extraño híbrido entre pequeña y gran pantalla que ha acabado siendo, y gracias a esa descomunal duración, la película combina el desarrollo de personajes de un drama televisivo y el macroespectáculo de una producción de superhéroes en manos de, además, un realizador especialmente dotado para la acción como es Zack Snyder. La tragedia de sus personajes se convierte en el gran empuje de una cinta que, no obstante, comienza una etapa de reconstrucción chiflada e interesante en el universo DC y que en sí misma funciona con la fuerza de una enorme locomotora que ha tomado cierta velocidad de crucero, dotada de escenas completamente recompuestas como el rescate de rehenes en la central nuclear y sí, el tremendo clímax en la guarida del villano (esta vez sin molesta familia rusa a la que salvar). Todas las escenas de acción incluyen una contrarreloj o elemento emocional (así como una genuina sensación de riesgo y de peligro real para sus personajes) que las convierte en necesarias, emocionalmente satisfactorias… y repletas de ideas y conceptos visuales hasta la bandera. Así como absolutamente respetuosas con el canon y la identidad artística de sus personajes, convertidos por fin en Dioses mundanos capaces de cambiar el destino del universo a la vez que abrazar a sus familias en un maizal de resonancias rockwellianas.

Que los fans se quiten la sensación de fracaso con La Liga de la Justicia de Zack Snyder, un espectáculo excelente y sin duda el Infinity War que DC necesitaba sin saberlo. ¿Para cuándo la siguiente?

La película se estrena en HBO España el jueves 18 de marzo.

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