La cuarta temporada de Solo asesinatos en el edificio comienza con imágenes de unos jóvenes Steve Martin, Martin Short y Selena Gomez haciendo de las suyas. Una nota de nostalgia que imprime de sentimiento y un carácter especial a esta comedia clásica de misterio que, este año más que nunca, añade la fórmula del cine dentro del cine con la excusa de la realización de una película basada en el podcast de los protagonistas.
La nueva temporada de la serie ideada por Martin y John Hoffman devuelve el grueso de la acción al edificio Arconia tras el paréntesis de la tercera. Un gesto con el que los guionistas parecen haber comprendido cierto alejamiento y dispersión de aquella, concentrada quizá en demasiadas nuevas incorporaciones más que en la ineludible química entre sus tres mágicos actores principales. Y eso es precisamente lo que da desde el principio la cuarta temporada que acaba de empezar en Disney Plus: más Charles Haden-Savage, más Oliver Putnam y más Mabel Mora.
De la interacción entre ellos, con la nueva derivada de Martin con su "doble" asesinada interpretada por Jane Lynch, surgen los gags, los diálogos ingeniosos y, también, una particular dosis de emotividad. Si en la temporada anterior ésta trataba de bascular con un interés romántico, esta vez se enfatiza lo personal e injusto del asesinato de Sazz, un añadido cómico que no merecía ese destino. El diálogo interior de Charles (Steve Martin) con su subconsciente, encarnado por la propia Lynch, añade notas emotivas y perturbadoras a una trama que remite directamente a las implicaciones dramáticas de la primera temporada.
Todo ello es compatible, afortunadamente, con el carácter típicamente absurdo de los personajes y sus situaciones. Los cameos siguen sucediendo a buen ritmo, sin que Eugene Levy, Eva Longoria o Zach Galifianakis entorpezcan el devenir de la trama, resultando en añadidos llamativos a los que los guionistas saben sacar partido (la particular relación de Short con Galifianakis...). Esa faceta "meta" con los protagonistas conociendo a sus versiones cinematográficas de ficción añade notas de un humor algo más picante y una autoparodia que no intoxica la pureza de la fórmula.
Por tanto, Solo asesinatos en el edificio prosigue su idilio en lo que debería ser otra excelente temporada. El cuarto misterio del trío amplía su universo, refuerza y retoma aquello que gustó en su origen y demuestra la química entre tres sujetos cuya unión ha resultado mágica. ¿La mejor serie de la televisión actual? Decir eso quizá sonaría exagerado, pero opinen ustedes mismos.