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'El zoo de cristal': personajes frágiles, vida dura

Una joven que colecciona figuras de cristal, bellas y frágiles, es la metáfora perfecta para hablar de una familia que parece que se va a romper.

Una joven que colecciona figuras de cristal, bellas y frágiles, es la metáfora perfecta para hablar de una familia que parece que se va a romper.

Silvia Marsó interpreta a Amanda Wingfield, la omnipresente madre protagonista de la obra de Tennessee Williams: El zoo de cristal. El autor ambientó esta ficción en el sur de los Estados Unidos en la década de los 30 del siglo pasado. Una familia en la que el padre ha desaparecido (no queda muy claro lo que ha pasado con él) se encuentra inmersa en una sociedad que no acaba de despegar. La hija pequeña, Laura (Pilar Gil), padece una cojera que es tabú en la familia, y le convierte en una mujer insegura. Esta hija es el contrapunto a una madre que se inmiscuye en todos y cada uno de los asuntos de esta convencional familia, y que vive del recuerdo, porque "cualquier tiempo pasado fue mejor".

Laura tiene una colección de animales hechos con cristal, que tanto se popularizaron hace décadas. Bonitas pero delicadas. Poco se puede hacer con ellas, más allá de admirarlas, porque en cuanto se pasa a la acción... se rompen. ¿Qué pasa si todo en esta familia es una ficción, en la que todos los personajes son figuritas de cristal? El hermano mayor, Tom (Alejandro Arestegui), sueña con evadirse de su monótona vida, y va al cine como vía de escape. La madre, Amanda, vive de los recuerdos, de épicas fantasías del pasado. Y la hija, Laura, casi no se relaciona, simplemente se cierra en su mundo de cristal.

"Levántate y triunfa". Esta obra, con algunos puntos cómicos, nos trasmite una tragedia vital: la del hastío y la desesperanza de una familia que no puede salir del agujero. Lo intentan, pero no pueden. Y cuando parece que se van sus conflictos a través de un cuarto personaje, Tom (Carlos García), sus ilusiones terminan desvaneciéndose hasta refugiarse -de nuevo- en un mundo de cristal.

La adaptación está a la altura de la versión cinematográfica, con Kirk Douglas y Jane Wyman. Como un círculo, se abre y cierra con dos monólogos de Tom, que cuentan pasado y futuro, y suponen el reflejo del autor de la obra (Tennessee Williams). Aténganse a las consecuencias porque es una historia desanimada. Sí, la vida no siempre tiene finales felices.

ESPECTÁCULO: El zoo de cristal

AUTOR: Tennessee Williams

REPARTO: Silvia Marsó, Carlos García, Alejandro Arestegui, y Pilar Gil

ADAPTACIÓN: Eduardo Galán

DIRECCIÓN: Francisco Vidal

LUGAR: Teatro Fernán Gómez (Plaza de Colón, nº4, Madrid)

FECHAS: Hasta el 30 de noviembre

VALORACIÓN: 6,5/10

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En Cultura

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