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Piden investigar si drogan al toro de 1.500 kilos del Teatro Real

Justicia Animal exige que se realice una analítica al semental que aparece en la representación de la ópera Moisés y Aaron.

Justicia Animal exige que se realice una analítica al semental que aparece en la representación de la ópera Moisés y Aaron.
Obra 'Moisés y Aaron' | Javier del Real / Teatro Real

La asociación animalista Justicia Animal asegura que el Teatro Real estaría vulnerando la Ley de Protección Animal de la Comunidad de Madrid por utilizar un toro en la representación de Moisés y Aaron, según ha denunciado ante la Dirección General de Agricultura y Ganadería.

El teatro estrenó, con un gran éxito, la versión de la obra de Schoenberg Moisés y Aaron que ha hecho Romeo Castelluci y en la que aparece el toro Easy Rider, un charolés de 1.500 kilos, que no tiene más cometido en escena que "permanecer" y que es, según el director del montaje, tratado "como una prima donna".

Según un comunicado de Justicia Animal, el Real estaría vulnerando el artículo 4 de la Ley 1/90 de Protección Animal de la Comunidad de Madrid, que prohíbe la utilización de animales "en espectáculos, peleas, fiestas populares y otras actividades que impliquen crueldad o mal trato, puedan ocasionarles sufrimientos o hacerles objeto de tratamientos antinaturales".

La asociación afirma que en la obra el toro tiene dos apariciones "de aproximadamente 20 minutos" y que en la primera está "inmóvil (...) en una urna de plexiglás transparente": "No hace falta ser muy listo para comprender que un toro de 1.500 kilos no pinta nada en un escenario", sostienen.

"Es claramente una situación antinatural y sin lugar a duda muy sospechoso que quede quieto sin moverse, pudiendo estar el animal sedado o drogado, por lo que hemos solicitado que se le haga una analítica para comprobar si da positivo a algún tipo de droga", dicen.

El Real niega las acusaciones

Fuentes del Real han asegurado a EFE que es "radicalmente falso" que se drogue al animal y han recordado que es un toro manso, no de lidia, y que, por su pedigrí, está "muy habituado a ser exhibido en ferias".

Sus movimientos son muy lentos, y no ha sido "amaestrado" para esta función sino que sus dos cuidadores han introducido en su rutina "llevarle desde la cuadra que está dispuesta al lado del Real -en el Palacio Real- a otra en la que hay música".

El teatro, según García Belenguer, ha cumplido con todos y cada uno de los requisitos para que el toro pueda ser figurante en las funciones de Moisés y Aaron, que se prolongarán hasta el día 17 de junio, entre ellos el permiso de la Dirección General de Agricultura y Ganadería de la Comunidad de Madrid.

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