Emocionada, con una eterna sonrisa y enormemente agradecida, Lola Herrera destapó la butaca que, a partir de ahora, lucirá una placa con su nombre en el teatro Reina Victoria. A la derecha del pasillo, la primera de la tercera fila. La veterana actriz, que cumplirá en unas semanas 81 años, aseguró que este gesto es "muy significativo" para ella. "Es una de las cosas más bonitas que me ha pasado en el teatro. Los premios son los premios y, si no te tocan antes, te tocan después. Por supuesto, son de agradecer. Tengo muchas medallas y trofeos, pero en esa butaca se va a sentar mucha gente a ver las funciones y formará parte de mi pasión, el teatro".
El Reina Victoria, con Carlos Sobera al frente, inauguró con este homenaje el programa de actos con los que celebrará sus 100 años de vida. Para la actriz, un sueño cumplido: "Cuando hace muchísimos años iba a Londres, a esos teatros nacionales que tienen el nombre de actores desde hace un montón de años decía: 'Fíjate esta gente como quiere a sus actores'. No pude soñar que un día podía tener una butaca. Es muy significativo para mí, mucho".
La relación entre Lola Herrera y el teatro Reina Victoria va más allá de la laboral. "El Teatro Reina Victoria es una parte de mi casa", reconocía la actriz que, el mismo día de su boda, dejó a su marido y a los invitados en el convite y se subió al escenario con la función Chéri de Colette, de la compañía de Vicente Parra: "Me casé en la iglesia de San Sebastián, fuimos corriendo al bufete italiano a tomar una cosa muy sencilla porque no teníamos dinero, y me fui corriendo al teatro, me vestí de época e hice dos funciones".
Una vida sobre las tablas dan para muchas anécdotas, momentos que Lola cuenta como si hubieran sucedido ayer. "Una vez nos tocó la lotería a toda la compañía, un pellizquito guapo. Fue un Día de Reyes y aparecimos todos enloquecidos. Fue una alegría maravillosa", recuerda Lola con un brillo especial.
Éxito con 'Cinco horas con Mario'
La actriz es un todoterreno. Está actualmente en cartel con Cinco horas con Mario con gran éxito de público y crítica. "Aplauden muchísimo, termino extenuada. Llega un momento en el que paro lo aplausos y digo adiós. Uno no se acostumbra nunca. Me sorprende siempre".
Ganas no le faltan para seguir con todo lo que le propongan. Y es que dice, "una vida es muy poco" para cumplir todos los sueños que tiene: "Una vida es insuficiente, aún con suerte y teniendo buena salud y buena cabeza. Yo no me puedo quejar, hago 81 años a finales de este mes y estoy al pie del cañón, pero la suerte no sabes cuánto te puede durar".
Aunque no le gusta dar consejos, a las nuevas generaciones de actores solo les pide que "luchen". "No están todos los que son, ni son todos los que están. Hay mucha gente que se cuela por otros caminos y gente buenísima que se queda en la cuneta. Hay desilusión y desencanto. Ahora está mucho más difícil que cuando yo empecé. Hay mucha gente y poca industria. Me da mucha rabia porque es una profesión tan maravillosa que entiendo que haya tanta gente que quiera dedicarse a ella. Antes, nadie quería dedicarse a esta profesión, éramos cuatro locos".