Arturo Pérez Reverte puede estar satisfecho con esta adaptación de su obra: "Es la primera vez que aplaudo la adaptación de un texto mío sin fisuras", dijo en una de las primeras representaciones. Y así es, porque Antonio Álamo (director y encargado de la versión) ha sido escrupuloso con el texto original de El pintor de batallas. Esta obra, junto con Territorio comanche, son las dos grandes obras de Pérez Reverte en las que relata su experiencia como corresponsal de guerra, faceta de su vida de la que está especialmente orgulloso, y tiene motivos para ello.
Pero una adaptación es mucho más que ceñirse al texto: hay que darle forma y movimiento, y en este sentido la escenografía de Curt Allen Wilmer permite entender la profundidad de esta obra, que está pensada para sacudir las conciencias de los espectadores. Es la primera vez que Pérez Reverte cede los derechos de su novela para que sea adaptada al teatro, y ahí residía parte del lógico miedo sobre la versión: que resulta dura, pero muy fiel.
Una suerte de Guernica ocupa buena parte del escenario, para recordarnos el horror de la guerra. Y enmarca los pensamientos de los dos protagonistas: el fotógrafo Faulques (Jordi Rebellón) y su retratado Ivo Markovic (Alberto Jiménez). Testigo y protagonista de la guerra, en la que están inmersos. Convulsión exterior pero también interior, porque parece no tener fin la maldad humana. Ante esa tesitura, cabe la duda, el desconcierto, el miedo, y todos y cada uno de los sentimientos que se ponen encima de las tablas.
La guerra que aquí se cuenta tiene un nombre, una fecha y un lugar. Pero podría ser cualquiera, porque las cicatrices que dejan son parecidas en todas ellas. Hay tiempo también para el amor, el humor, el entretenimiento o el azar, porque así tiene que ser el día a día de un país en conflicto, en el que el tiempo no se detiene pese a los horrores de la guerra.
El binomio entre Alberto Jiménez (creíble y muy resuelto) y Jordi Rebellón (rotundo) funciona a la perfección, haciendo de esta obra una muy digna adaptación, en la que no solo importa lo que cuenta, sino cómo lo cuenta.
- TÍTULO: El pintor de batallas, basado en la novela homónima de Arturo Pérez-Reverte
- LUGAR: Teatros del Canal, Sala Verde (Calle de Cea Bermúdez, 1, 28003 Madrid)
- FECHAS: Hasta el 16 de abril, y posterior gira.
- DIRECCIÓN Y VERSIÓN: Antonio Álamo
- INTÉRPRETES: Jordi Rebellón y Alberto Jiménez
- ESPACIO ESCÉNICO Y VESTUARIO: Curt Allen Wilmer
- DURACIÓN: 90 minutos.
- PRECIO: Desde 14 euros.