Menú

Lo que da de sí el bar del Congreso

El Teatro Victoria pone en cartel Suceso en el Congreso, una comedia sobre la situación política española con tintes policíacos.

El Teatro Victoria pone en cartel Suceso en el Congreso, una comedia sobre la situación política española con tintes policíacos.
Obra 'Suceso en el Congreso' | Teatro Reina Victoria

Es ficción, pero tan verosímil que era casi una obligación subirlo a escena. Mientras que el país espera impaciente a que los partidos políticos formen Gobierno, las formaciones de uno y otro color despliegan su arsenal de estrategias, conspiraciones, componendas y promesas para alzar a su candidato hasta la presidencia. Hasta tres líderes podrían alcanzar el puesto.

De esta coyuntura parte Suceso en el Congreso, en cartel en el madrileño teatro Reina Victoria –curiosamente, a pocos metros de la Cámara baja–. El día anterior a la votación, un famoso periodista, de esos que "cuentan las cosas como quiere", reúne en el bar del Congreso a representantes de los cuatro principales partidos para hacerles una entrevista. Acabada la reunión y cuando ya se disponen a marcharse, se dan cuenta de que uno de los políticos, el diputado Gutiérrez, lleva un tiempo sospechosamente largo encerrado en el baño.

Es una comedia escrita y dirigida por Antonio Prieto, responsable de Amar es para siempre (Antena 3) o Amar en tiempos revueltos (La 1); y está interpretada por rostros cómicos conocidos de la escena teatral y televisiva como son Agustín Jiménez, Mar Abascal, Sara Gómez, Javier Coll y Javier Antón.

suceso-reina-victoria-Baner.jpg

La gravedad del suceso –Gutiérrez es descubierto con un cuchillo clavado en el pecho– lleva al Ministerio del Interior a poner al frente de la investigación al mejor policía del país, el inspector Faustino Pereira, que "ríete tú del inspector Colombo".

De repente da comienzo a un divertido cluedo en el que cualquiera puede ser el culpable. No faltan los guiños –no demasiado ácidos– a la escena política. Las negociaciones se salen de los despachos y se desata un ir y venir de acusaciones, pero en lo más importante hay consenso: mantener los trapos sucios en casa. "La opinión pública no debe enterarse de nada".

"Da igual de qué tipo de comedia se trate: surrealista, farsa, de enredo... lo importante es que alguien lo pase mal para que nosotros nos riamos. Puestos a mirar, hay personajes a los que sin duda la idea de hacérselas pasar canutas resulta muy atractiva", asegura el director, que, puestos a elegir, se quedó con los políticos. Advierte: "Tengan cuidado, porque al ir viendo sus reacciones ante lo imprevisto y al ir conociéndoles mejor, podrían caer víctimas de sus encantos. No lo hagan. Sería un grave error pues aquí nada es lo que parece... No cometan el desliz de compadecerles, porque en ese caso las tornas girarían y serían ellos los que se reirían de nosotros. Aunque, bien mirado, eso es algo que tampoco debería sorprendernos mucho...".

En Cultura

    0
    comentarios