
Alegría es el espectáculo más icónico de Cirque du Soleil y una celebración de lo bonito de la vida: la música, el baile, la cultura del esfuerzo, la belleza, el humor, la confianza y el talento. Regresa a Madrid (Escenario Puerta del Ángel) hasta el 16 de febrero para ofrecernos casi tres horas de alienación de la tediosa actualidad, un parche momentáneo que, sin embargo, da un efectivo respiro.
A pesar de los años, siguen consiguiendo que el público enmudezca con sus números y rompa en aplausos. Logran sorprender, bastante complicado en este mundo de redes sociales en el que parece que lo tenemos ya todo visto. Y, sobre todo, cuidan la estética para que cada movimiento resulte tan bello y orgánico como difícil.

En esta ocasión, el reparto de Alegría – Bajo Una Nueva Luz lo forman 54 acróbatas, payasos, músicos y cantantes que se preocupan por forjar una complicidad duradera con los espectadores. Llegan de Venezuela, Estados Unidos, Francia, Ucrania, Rusia o Canadá. Los dos payasos son españoles. Hay números de barras acrobáticas, trapecio sincronizado, cuchillos de fuego, telas aéreas o hula hoops. Merecería la pena acudir solo por disfrutar de las dos cantantes - la francesa Sarah Manesse y la brasileña Cassia Raquel- y la banda en directo. El vestuario está cuidado hasta el último pespunte.

Estrenada por primera vez en 1994, Alegría ha sido visto por 14 millones de espectadores en 255 ciudades de 40 países. Con motivo del 25 aniversario, se ha actualizado "al público actual" con otra dirección escénica y nuevos arreglos musicales, acrobacias, coreografías, vestuario, maquillaje y decorados. El montaje es tan espectacular que han sido necesarios 85 tráileres con 2000 toneladas de material y equipo.
Las entradas se pueden conseguir desde 45 euros.