Este viernes 9 de agosto vuelven los toros a Mallorca tras unos años en suspensión por una ley aprobada por el PSOE, Més y Podemos en 2017 que prohibía que las corridas de toros tuvieran como resultado la muerte del animal. El PP recurrió ante el TC y el alto tribunal tumbaba la normativa por "menoscabar" las competencias del Estado al "imponer un modelo de espectáculo taurino en sustitución de las corridas de toros que se separa radicalmente de una manifestación paradigmática de la fiesta tradicional española".
Tras dos intentos fallidos finalmente será este viernes 9 de agosto cuando los taurinos puedan disfrutar de nuevo de la fiesta nacional. Lo harán por todo lo alto, con toros del ganadero Juan Pedro Domecq para el Juli, José María Manzanares, el Fandi y Morante de la Puebla. David Ferer, portavoz de la organización que ha hecho posible este festejo, ha explicado en esRadio que "prevemos una buena entrada, nunca antes se habían vendido tantas entradas en preventa".
No obstante, los detractores están intentando evitar hasta última hora la celebración del festejo. De hecho, el TC no ha tumbado toda la ley por lo que los toreros tendrán que someterse por ejemplo a un control antidoping. Algo que sólo puede entenderse "por el desconocimiento e ignorancia" de los detractores ya que "los toreros son auténticos atletas, entrenan todos los días con preparadores físicos", ha subrayado Ferer.
Entre las limitaciones también figura la prohibición de asistencia a menores de 18 años a la plaza de toros, algo que busca, en opinión de Ferer, "es un macabro intento de cortar de raíz la afición a los toros". De hecho, "en Mallorca hay una escuela taurina con 11 niños que se preparan para ser toreros y no podrán asistir". Asimismo, también figuran exigencias como que haya una ambulancia por cada 1.000 asistentes o la prohibición total de venta de alcohol, ni siquiera cerveza, algo que se puede vender en un concierto, por ejemplo.
Pese a todo, David Ferer se ha mostrado satisfecho por que este viernes vuelva la fiesta nacional a Mallorca, una ocasión para la que "van a asistir peñas de diferentes puntos, incluso una desde México". De los detractores sólo ha dicho que "son los denominados turismofobia, siempre son los mismos, los mismos que se oponen a Marivent, a los cruceros…"