
La corrida de Domingo Hernández de la Feria de Abril de Sevilla ha pasado a la historia de la tauromaquia tras la faena de Morante de La Puebla al cuarto toro de la tarde de nombre Ligerito premiado con la vuelta al ruedo. El cigarrero le cortó las dos orejas y el rabo y salió por la Puerta del Príncipe. Desde la de Ruiz Miguel al toro Gallero de Miura en abril de 1971 ningún matador de toros había recibido los máximos trofeos en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Cincuenta y dos años hasta la tarde del pasado miércoles.
La corrida de Domingo Hernández del miércoles de feria estaba sucediéndose bajo un sol de justicia y temperaturas veraniegas en la Maestranza de Caballería de Sevilla. Era la tercera comparecencia de Morante de La Puebla en el abono maestrante (aún le quedan otras tres, una este sábado en la de El Torero y dos en septiembre) tras el Domingo de Resurrección y la corrida de lunes de farolillos en al que se había enfadado con el presidente por no concederle una oreja. Morante, en su obsesión por Joselito el Gallo, llevaba un vestido calcado del Rey de los toreros, un terno turquesa y azabache, y el capote con las vueltas verdes que lleva usando desde su centenaria temporada de 2022.
Compartía cartel con Diego Urdiales y Juan Ortega, dos toreros de su mismo palo, el artístico, y los tres matadores de toros dieron un recital del toreo de capa desde el primer toro de la tarde. Tras la suave y torera faena de Ortega en el tercero, al que le hizo el quite, Morante salió espoleado buscando las embestidas de Ligerito con unos faroles muy toreros y luego lo cuajó con el capote con unas tafalleras y gaoneras que se han quedado en la retina de los aficionados.
Tarde histórica de Morante que corta un rabo al toro "Ligerito" de Domingo Hernández después de alcanzar la cumbre con capote y muleta. Gran toreo a la verónica de Juan Ortega. Buen estilo de Urdiales con un toro a menos. pic.twitter.com/KKuRmQiRiP
— mundotoro_tv (@mundotorotv1) April 26, 2023
Comenzó con unos gallistas ayudados por alto y lo llevó cosido a la muleta hasta detrás de la cadera por ambos pitones. El público de la Maestranza, ronco de dar oles, quería más y Morante terminó de cuajar al toro de la divisa salmantina y fue a por la espada. Un pequeño conato de indulto hacía presagiar que todo podía ser y Morante de La Puebla enterró los aceros en todo lo alto. Fiesta en Sevilla. La vuelta al ruedo con los tres trofeos fue apoteósica y ya en el callejón le dio el rabo al mito Rafael de Paula, antiguo apoderado suyo, que, junto a Curro Romero, habían sido testigos presenciales de una tarde para la historia.
La emoción de los aficionados, que inundaron el imperfecto ruedo de Sevilla tras las faenas de Diego Urdiales y Juan Ortega, fue tal que una vez que lo sacaron por la Puerta del Príncipe al grito de ¡torero! lo llevaron en volandas por las calles de la capital andaluza hasta el Hotel Colón. El 26 de abril de 2023 pasará a la historia de la tauromaquia por la faena de Morante al toro Ligerito.