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El entierro en Linares del matador de toros José Fuentes

Tuvo José Fuentes en la década de los 60 y los 70 excelentes críticas, aun cuando su paso por los ruedos de España e Hispanoamérica fuera desigual.

Tuvo José Fuentes en la década de los 60 y los 70 excelentes críticas, aun cuando su paso por los ruedos de España e Hispanoamérica fuera desigual.
José Fuentes | Youtube

A los setenta y nueve años ha fallecido en el hospital San Lázaro, de Sevilla, el matador de toros José Fuentes, cuyos restos están siendo velados en el hospital de los Marqueses de Linares, en esta ciudad (donde precisamente expiró en 1947 Manuel Rodríguez "Manolete"), para ser enterrado luego, tras un funeral en la iglesia linarense de San Agustín.

Fue José Fuentes antes de ir de capea en capea soñando con ser torero, aprendiz de zapatero remendón (como lo fue en sus comienzos su paisano Sebastián Palomo), y asimismo camarero. Había nacido en Linares el 6 de febrero de 1944 y, antes de cumplir veinte años ya despertaba el interés de los públicos como novillero. Quien se interesó por su carrera para apoderarlo resultó ser el mismo que descubrió a Manuel Benítez "El Cordobés", Rafael Sánchez "Pipo". Cuando "el Melenas", como había gentes que así llamaban a Benítez, rompió con "El Pipo", lo que dejó a éste descolocado, buscó la fórmula, en cierta forma, de vengarse, llevando las riendas de un torero que prometía, el mentado José Fuentes.

"El Pipo" era considerado en el llamado por Antonio Díaz Cañabate "El planeta de los toros" una especie de genio original por sus ocurrencias para lanzar a los toreros que apoderaba. Y a José Fuentes le endilgó en sus principios esta leyenda: "Linares se lo llevó y Linares nos lo devuelve", en alusión comparativa con "Manolete" y su dramática muerte.

Tuvo José Fuentes en la década de los 60 y parte de los 70 excelentes críticas, aun cuando su paso por los ruedos de España e Hispanoamérica fuera desigual, entre triunfos y fracasos. Tenía estilo, elegancia ante los toros, dominio cuando tomaba la muleta y lo mismo manejaba bien la diestra que la izquierda, la que manda. Y mataba, por término medio, con gran regularidad. En Madrid, desgraciadamente, nunca se le dieron las cosas de manera rotunda, pese a dejar para el recuerdo de los buenos aficionados faenas de gran consistencia. Únicamente salió en hombros la tarde del 12 de octubre de 1981.

Tomó Fuentes la alternativa en Málaga con Antonio Ordóñez de padrino y Carlos Corbacho (al que le amputaron una pierna temporadas más adelante) como testigo. Algunas desgracias se cebaron con el toricantano, como en una aciaga corrida en 1975 celebrada en la feria de Huesca en la que su enemigo le infirió una grave cornada en el cuello paralizándole la mitad del rostro. Quedó marcado por esa herida, de las que en el argot taurino se dice es "cornada de espejo", pues cuando en él se mira quien la ha recibido percibe claramente sus consecuencias. Peor fue desde luego lo que le aconteció en 1982 en Barcelona cuando un espectador lanzó una almohadilla al ruedo, lo que motivó que José Fuentes tropezara con ella, cayera al suelo siendo inmediatamente volteado por un toro. En la enfermería los facultativos que lo atendieron llegaron a temer que quedaría paralítico. A punto lo estuvo. Fue operado a vida o muerte, estuvo cuatro años recuperándose. Finalmente, por fortuna, no quedó inválido y pudo proseguir su carrera.

Mas en las siguientes temporadas, José Fuentes acusó aquellas cogidas. Además, por su carácter, no era torero que tuviera ambiciones, y poco a poco, después de haber ganado mucho dinero, fue descendiendo en contratos, hasta su retirada oficial el 18 de junio de 1999 en Écija, en presencia esa tarde en el ruedo de El Juli y Enrique Ponce. No obstante todavía intervino en algunos festivales, para vestirse por última vez de luces en 2007 en el coso de Alcudia de Guadix. Ya entonces José Fuentes era sólo una sombra de lo que había sido décadas atrás. Cuando ganaba dinero a espuertas y hasta en un generoso rasgo llegó a prestarle un millón de pesetas al ganadero Victorino Martín.

Respecto a su vida íntima, se había casado con Carolina, una de las hijas de "El Pipo", su apoderado. El matrimonio atravesó por varias crisis en las que hablaron de separarse definitivamente, como así ocurrió. En la feria peruana de Lima su suegro lo sorprendió flirteando con la Miss Mundo de entonces, e inmediatamente "El Pipo" telefoneó a su hija en España para decirle a Carolina que ese hombre no le convenía. Pero se casaron el 3 de noviembre de 1967. Una boda de rumbo.

José Fuentes se iba de juerga muchas veces. Le gustaban las mujeres. Desatendió su hogar y ya no fue el marido fiel como presentía su apoderado y suegro, que acabó cansándose de su torero dejando que un hijo suyo lo sustituyera para buscarle contratos.

En esa definitiva cuesta abajo del matador de toros linarenses, ya retirado, fue director artístico de las escuelas taurinas de Linares y de Guillena (Sevilla) en 2006. Avejentado, cuando había lucido tiempo atrás un cuerpo delgado y fibroso, tuvo otro infortunio: sufrir en 2019 un ictus. Contraída una grave enfermedad ha dejado este mundo quien durante unos años fue uno de los grandes maestros de la fiesta brava.

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