
El Ayuntamiento de Pamplona, gobernado por los proetarras de EH Bildu, lanza una consulta que cuestiona las corridas, los encierros e incluso el papel del propio San Fermín en las fiestas. La medida pone en riesgo una tradición histórica de España conocida a nivel mundial.
Pamplona es sinónimo de San Fermín y de toros. Desde el chupinazo hasta el último "Pobre de mí", las fiestas pamplonesas son un símbolo internacional que combina devoción, emoción, tradición y cultura. Pero este año, todo eso podría ser eliminado por los proetarras encabezados por Arnaldo Otegi. El alcalde de Pamplona, Joseba Asiron (EH Bildu), ha impulsado una encuesta municipal que abre la puerta a eliminar los encierros y las corridas de toros, y que incluso pone en entredicho el sentido religioso de las fiestas y la figura del propio San Fermín.
"Bomba de relojería ideológica"
La consulta, que se llevará a cabo entre el 1 de junio y el 5 de julio, recoge la opinión de sólo 1.300 habitantes mayores de 15 años, seleccionados por criterios que no se han hecho públicos. Entre las preguntas se incluye la aceptación o rechazo de los encierros, de las corridas y de la devoción religiosa asociada a las fiestas. Una fórmula que, según denuncia la oposición, busca dinamitar desde dentro los pilares de una fiesta clave de España.
"Es como si en Valencia preguntaran si deben quemarse los ninots o en Sevilla si deben salir los pasos a la calle", advierte el concejal de UPN, Juan José Echeverría, quien considera la encuesta una "bomba de relojería ideológica".
Los Sanfermines no son una fiesta cualquiera. La Plaza de Toros de Pamplona, la segunda más grande de España tras Las Ventas, se llena cada día con más de 19.000 espectadores. El toro está presente desde primera hora con los encierros, hasta la tarde con las corridas; pasando por concursos, vaquillas y visitas a los Corrales del Gas. La economía de la ciudad y su identidad cultural giran en torno al toro.
Además, la plaza no pertenece a una empresa privada, sino a la Casa de la Misericordia, que mantiene una residencia de ancianos gracias a los ingresos taurinos. Quitar los toros, advierten desde UPN, "es también dejar sin recursos a quienes más lo necesitan".
Frente popular antitaurino
EH Bildu justifica esta encuesta en nombre de la "modernización", pero sus pasos apuntan a otro objetivo. La retirada progresiva de referencias taurinas en carteles oficiales y decisiones simbólicas anticipan una estrategia para borrar la esencia taurina y religiosa de las fiestas.
Este movimiento se alinea con la ofensiva antitaurina impulsada por los socios de Pedro Sánchez. Sumar y Podemos han registrado una Iniciativa Legislativa Popular para derogar la Ley 18/2013, que protege la tauromaquia como patrimonio cultural. Si esa ley cae, las comunidades autónomas podrían volver a prohibir espectáculos taurinos, como intentaron en Cataluña o Baleares.
Aunque desde colectivos animalistas como AnimaNaturalis defienden un "modelo sin sufrimiento", sus propuestas de sustituir los toros por espectáculos simbólicos no representan el sentir mayoritario de quienes viven, disfrutan y hacen posible las fiestas.
Tradición y cultura
Los defensores de la tauromaquia lo tienen claro: San Fermín sin toros no es San Fermín. Miles de pamploneses, ganaderos, corredores, peñas y visitantes de todo el mundo lo saben. "Aquí no vienen por los gaiteros. Vienen por el encierro", explican desde una peña histórica.
La historia, el arte, el riesgo, la emoción y la identidad de una ciudad española están en juego. Y aunque lo disfracen de consulta, de sondeo o de "modernización", la realidad es evidente: los proetarras de Bildu no quieren "evolucionar" los Sanfermines. Quieren eliminarlos.