L D (EFE) Los incidentes registrados en el partido que enfrentó al Compostela con el Deportivo de La Coruña, dentro de los treintaidosavos de final de la Copa del Rey de fútbol, se saldaron con la muerte de un hombre de 31 años, aficionado del Deportivo de La Coruña, casado y padre de dos niños. Manuel Ríos Suárez, natural de la localidad coruñesa de Castrillón, fue trasladado por los servicios de emergencia (081) al Hospital Clínico de Santiago de Compostela, donde ingresó cadáver pasadas las doce y media de la noche con una parada cardiorrespiratoria, según confirmaron fuentes del centro médico.
La versión del club compostelano indica que el aficionado del Deportivo falleció durante una pelea registrada en la grada del estadio de San Lázaro, donde se disputó el partido de Copa del Rey, "al recibir un golpe" cuando trataba de mediar entre seguidores rivales. La trifulca, según esta información, tuvo lugar en la zona próxima a la grada en la que estaban los seguidores radicales del Deportivo de La Coruña denominados "Riazor Blues", y se originó cuando el Compostela procedía a lanzar un córner que, de haber fructificado, hubiera supuesto el empate del encuentro, que concluyó con la victoria por un gol a cero de los coruñeses. El enfrentamiento entre seguidores de ambos conjuntos obligó a la intervención de los efectivos antidisturbios.
El cadáver, que no presenta heridas de arma blanca, fue trasladado horas después al Hospital Provincial de Conxo, también en Santiago, donde se le practicará la autopsia para aclarar las circunstancias de su muerte. En este suceso también resultaron heridas ocho personas más, aunque con pronóstico leve, por lo que rápidamente fueron dadas de alta, como confirmaron a EFE fuentes del Hospital Clínico. El fallecimiento de Manuel Ríos provocó las reacciones de repulsa de los máximos dirigentes del Deportivo de La Coruña y del Compostela, Augusto César Lendoiro y Juan Silva, respectivamente.
El presidente del Compostela, Juan Silva, llamó "a la reflexión de la sociedad y a mirar qué es lo que queremos de esta misma sociedad". Recordó que "hoy hay que lamentarse porque hay un muerto aquí, pero el otro día fue en Oviedo y es hora de ir actuando". Silva también afirmó que, a tenor de los hechos ocurridos esta noche, "parece que la gente ha vuelto a un grado de agresividad fuera de lo común", que "no parece tan diferente del que dicen que hay en países en situaciones con alto índice de inseguridad". Augusto César Lendoiro, presidente del Dépor, coincidió en apuntar que "esto es un sinsentido absoluto, no hay ninguna posibilidad de encontrar ni la más elemental de las lógicas para aplicar a este momento". "Lo que tenía que ser una fiesta de dos equipos gallegos termina con el fallecimiento de una persona, con una familia hundida, y el Deportivo hundido con ellos", agregó.
La versión del club compostelano indica que el aficionado del Deportivo falleció durante una pelea registrada en la grada del estadio de San Lázaro, donde se disputó el partido de Copa del Rey, "al recibir un golpe" cuando trataba de mediar entre seguidores rivales. La trifulca, según esta información, tuvo lugar en la zona próxima a la grada en la que estaban los seguidores radicales del Deportivo de La Coruña denominados "Riazor Blues", y se originó cuando el Compostela procedía a lanzar un córner que, de haber fructificado, hubiera supuesto el empate del encuentro, que concluyó con la victoria por un gol a cero de los coruñeses. El enfrentamiento entre seguidores de ambos conjuntos obligó a la intervención de los efectivos antidisturbios.
El cadáver, que no presenta heridas de arma blanca, fue trasladado horas después al Hospital Provincial de Conxo, también en Santiago, donde se le practicará la autopsia para aclarar las circunstancias de su muerte. En este suceso también resultaron heridas ocho personas más, aunque con pronóstico leve, por lo que rápidamente fueron dadas de alta, como confirmaron a EFE fuentes del Hospital Clínico. El fallecimiento de Manuel Ríos provocó las reacciones de repulsa de los máximos dirigentes del Deportivo de La Coruña y del Compostela, Augusto César Lendoiro y Juan Silva, respectivamente.
El presidente del Compostela, Juan Silva, llamó "a la reflexión de la sociedad y a mirar qué es lo que queremos de esta misma sociedad". Recordó que "hoy hay que lamentarse porque hay un muerto aquí, pero el otro día fue en Oviedo y es hora de ir actuando". Silva también afirmó que, a tenor de los hechos ocurridos esta noche, "parece que la gente ha vuelto a un grado de agresividad fuera de lo común", que "no parece tan diferente del que dicen que hay en países en situaciones con alto índice de inseguridad". Augusto César Lendoiro, presidente del Dépor, coincidió en apuntar que "esto es un sinsentido absoluto, no hay ninguna posibilidad de encontrar ni la más elemental de las lógicas para aplicar a este momento". "Lo que tenía que ser una fiesta de dos equipos gallegos termina con el fallecimiento de una persona, con una familia hundida, y el Deportivo hundido con ellos", agregó.