En el minuto 22 del partido, en el que Standard y Genk se jugaban el campeonato belga, Carcela recibió una fuerte patada, en el rostro, del jugador del Genk Chris Mavinga. Carcela, que tiene la triple nacionalidad belga, española y marroquí -país con el que juega a nivel internacional-, perdió el conocimiento y cayó al césped con visibles convulsiones, por lo que fue atendido de inmediato por los servicios médicos de su equipo y sacado del campo en camilla.
Sin demora, el marroquí fue evacuado del estadio Cristal Arena y trasladado al hospital de Genk. Al comprobar la gravedad de las heridas, el jugador fue llevado en ambulancia al hospital de Lieja, donde se le realizaron más pruebas y donde sigue ingresado en estos momentos.
Según los servicios médicos del Standard, el jugador, que se encuentra consciente y fuera de peligro, sufrió una "gran conmoción cerebral" y fracturas en la nariz y la mandíbula, además de algunos dientes rotos. "No existe evidencia de que haya tenido ningún daño cerebral. La duración de su hospitalización y de su baja son indeterminadas", reza el comunicado del Standard. Será operado la próxima semana de las graves fracturas que sufrió en la cara.
Sin embargo, es seguro que Carcela se perderá la final de la Copa de Bélgica que enfrentará a su conjunto con el Westerlo el próximo sábado. El partido del pasado martes acabó en empate a uno, lo que dio al Genk el tercer título liguero de su historia.
Al acabar el encuentro, el autor de la falta sobre Carcela, Chris Mavinga, aseguró que va a "hacer algo" por el centrocampista del Standard "en los próximos días". "Lo siento muchísimo por Mehdi, es mala suerte. Quise jugar el balón y simplemente no lo vi llegar".
El árbitro del partido, Frank De Bleeckere -conocido por arbitrar el partido de vuelta de las semifinales de Liga de Campeones entre el Barcelona y el Real Madrid- sólo enseñó tarjeta amarilla al jugador del Genk.
SÓLO AMARILLA POR UNA PATADA BRUTAL
El árbitro del último Barça-Madrid vuelve a hacer de las suyas en la Liga belga
Franck De Bleeckere sólo mostró la tarjeta amarilla al jugador que propinó una patada en la cara a un rival que cayó inconsciente.
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