El piloto irlandés Derek Biren ha perdido la vida en la Isla de Man a mandos de su moto tras sufrir un accidente a gran velocidad. La isla británica ha presenciado ya tres muertes por accidente este año. La semana pasada, otros dos participantes fallecieron durante la sesión de clasificación: Bill Currie, de 67 años, y su copiloto en el sidecar, Kevin Morgan, de 59.
El piloto irlandés tenía bastante experiencia en el circuito TT de la Isla de Man. Ésta era su cuarta participación tras las ediciones de 2007, 2009 y 2010, donde consiguió un meritorio decimotercer puesto en la carrera del año pasado. Un circuito semi-urbano de carreteras de doble sentido y curvas llenas de dificultades que los pilotos consideran un verdadero santuario para el pilotaje.
El recorrido es de unos 25 kilómetros y, para completarlo, los pilotos ruedan durante más de cuatro horas. En ocasiones, el sol al atardecer resta visión y complica aún más la tarea de los pilotos que se atreven con un trazado lleno de obstáculos en los laterales. En esta contrarreloj por las calles de la isla, los pilotos alcanzan velocidades que superan los 320 kilómetros por hora. Desde su inauguración en 1907, ya se han producido más de 220 muertes en la carrera.
A pesar de los peligros del estrecho y retorcido recorrido, unido a los llamamientos de sus críticos para que se prohíba, la carrera continúa siendo muy popular entre competidores y espectadores.
¿Se deben prohibir los circuitos urbanos?
El pasado mes de febrero, Robert Kubica salvó la vida tras sufrir un grave accidente durante un rally cerca de la localidad italiana de Génova. El piloto polaco tuvo múltiples fracturas en el brazo, la mano y la pierna derecha. Después de ser intervenido quirúrgicamente durante siete horas, se encuentra en plena recuperación.
Tras este accidente y los tres muertos en el TT de la Isla de Man, los circuitos urbanos empiezan a estar más cuestionados que nunca y se los considera realmente peligrosos. Son muchas las quejas y los intentos de acabar con estas carreras, aunque esta propuesta afecte también a los grandes premios de Mónaco y Valencia. A pesar de que este debate surgió en 1903, cuando la carrera París-Burdeos-Madrid fue suspendida al morir una decena de personas, a día de hoy estos circuitos siguen existiendo y de momento no parece que vayan a ser prohibidos.