Sergio Ramos dice que tiene "la espina" de no "haber ganado nunca la Liga de Campeones" desde que debutó en el fútbol profesional con el Sevilla.
El jugador de Camas desvela cuáles son sus pensamientos sobre el mundo que rodea al fútbol. "Mi mentalidad va cambiando. Me encuentro un poco más maduro y en el campo lo vas notando. La experiencia te va dando esas cosas. Me gusta desconectar y mantener esa parte pícara que he tenido siempre. Sigo siendo el mismo que llegó de Sevilla, con la misma ilusión de conquistar títulos, de seguir formándome como futbolista y como persona. Soy un poco más conocido pero lo llevo bien", comenta.
"Es un mundo (el del fútbol) complicado, un mundo falso. Vives en una mentira constante. Un día eres muy bueno y otro eres muy malo. Por eso uno tiene que tener los pies asentados, ser humilde y no olvidar de donde vienes", agrega.
Asimismo, se ha referido a la relación que todavía mantiene con sus amigos de Camas (Sevilla), e indicó que no se fija en los ingresos de las personas para mantener una amistad. "Muchos de mis amigos que viven en Camas trabajan honradamente. Uno reparte colchones, otro recoge basura. Son trabajos normales, que no llegan a los 1.000 euros al mes, pero no dejan de ser mis amigos porque ganen más o menos", señala.
"Mi primer sueldo no era mucho dinero, pero cuando me subieron al Sevilla B, y di el salto con Caparrós, cambió un poco. A mi abuela le dije que con el primer sueldo le iba a poner una cocina y un cuarto de baño nuevo. Y así fue", finalizaba.