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Un irreconocible Nadal logra salvar el partido ante Fish

El mallorquín cometió muchos más errores de lo habitual y no se vio nada cómodo ante un buen Fish, pero terminó logrando la victoria (6-2, 3-6, 7-6).

El mallorquín cometió muchos más errores de lo habitual y no se vio nada cómodo ante un buen Fish, pero terminó logrando la victoria (6-2, 3-6, 7-6).

Rafa Nadal ha comenzado con buen pie su andadura en la Copa Masters. Al menos, en lo que a resultados se refiere. Porque en lo que es el juego en sí, no puede decirse lo mismo. Y es que el mallorquín no se encontró en ningún momento con las buenas sensaciones, cometió muchos más errores de lo habitual, y tuvo que lograr la victoria ante un buen Fish -aunque demasiado irregular- con un tie break en el último set.

Nada hacía presagiar los malos augurios la primera manga, en la que el de Manacor se mostró superior a su rival en todos los sentidos. Sin embargo, se veía que algo no iba bien. Si Nadal ganó fácil (6-2) fue más por demérito de su rival, demasiado nervioso, que por méritos propios, pues más allá de algún que otro punto genial -algo lógico tratándose de uno de los mejores tenistas de la historia- el mallorquín venció simplemente porque se dedicó a asegurar más y a cometer menos errores que su rival.

Algo similar, pero a la inversa, sucedió en el segundo set. Incomprensiblemente, Nadal se vino abajo desde el primer momento, y permitió a Fish cargarse de una moral que instantes antes no tenía. Apoyándose en su saque, que no era ni por asomo el que suele desplegar el de Minnesota, pero sí bastante superior al de su oponente, logró adjudicarse la segunda manga gracias sobre todo a los errores del manacorense (3-6).

El tercer set fue, en sí mismo, fiel reflejo de lo que estaba siendo el encuentro. Comenzó genial para Nadal, que con un break se puso 2-0. Pero entonces comenzó a encadenar de nuevo un error tras otro, lo que permitió que Fish lograra dos roturas consecutivas y pusiera el 2-3 en el marcador.

Cuando el estadounidense sacaba para confirmar, establecer el 4-2 y encarrilar el encuentro, volvió a ceder ante un Rafa que aprovechó los regalos de su rival. A partir de entonces, sucesión de errores y aciertos de ambos tenistas, con Nadal casi siempre a remolque pero Fish sin ser capaz de cerrar los juegos. Porque el tenista número ocho del mundo, que llegó a desperdiciar hasta ocho bolas de rotura, nunca se llegó a creer que podía lograr la victoria.

De ese modo se llegó al tie break. Y entonces sí salió el mejor Nadal. Ganando con comodidad su saque, y logrando dos mini breaks, cerró el set y el partido con un contundente 7-3.

Victoria que sabe muy bien al mallorquín, por aquello de comenzar un gran campeonato con un triunfo, pero que no deja grandes esperanzas para el futuro. Porque las sensaciones no han sido buenas, porque en este torneo los sets y los juegos son importantes para clasificarse, y porque ha obligado a Nadal a un despliegue físico excesivo e inesperado.

Pero no podemos nos podemos olvidar de que estamos hablando de Nadal, de Don Rafa Nadal, y mientras siga vivo, siempre podemos esperar lo mejor del tenista. Lleva años demostrándolo, y dudar de él sería un sacrilegio. Los próximos días lo descubriremos.

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