Este año las cosas están saliendo de maravilla en el seno del Borussia Mönchengladbach. Después de que la temporada pasada lograran la salvación casi in extremis, desde que arrancara este curso 2011-12 no han salido de la zona alta de la tabla, y actualmente son segundos igualados con el líder, el otro Borussia, el Dortmund.
Una de las claves de este éxito es, dicen, el buen rollo que hay en la plantilla. Algo que pudo comprobarse en el último encuentro liguero, ante el Colonia, en el que los de Renania se impusieron por 0-3.
Con 0-1 en el marcador, el Gladbach dispuso de una falta a favor. Hanke, uno de los goleadores del equipo, quería tirarla. Reus, quizá el más talentoso de la plantilla, también. Así que entre los dos decidieron un inesperado método para decidir: jugar a piedra, papel y tijera.
"No nos queríamos reír de nadie. Se suponía que Mike (Hanke) debía ser el lanzador, pero yo también quería tirar, también quería marcar, por lo que le sugerí jugárnoslo de esa forma".
Lo más curioso es que después de que terminara el juego no fue ni Hanke ni Reus quien lanzó la falta. Aprovechándose de la situación, el ex del Mallorca Juan Arango chutó, y marcó.