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VICTORIA ANTE EL ATLÉTICO (23-25)

Nagy le da al Barça el primer clásico

El magiar, con ocho tantos, fue el jugador determinante que decantó el choque del lado azulgrana.

Una excepcional actuación del lateral húngaro del Barcelona Intersport, Laszlo Nagy, ha permitido al conjunto azulgrana asaltar el fortín de Vistalegre, donde el Atlético de Madrid encajó su primera derrota (23-25) de la temporada, que deja a los catalanes como líderes en solitario de la Liga ASOBAL.

Primera plaza que los de Xavi Pascual deben agradecer sobremanera al jugador magiar, máximo goleador del partido con ocho tantos, que se convirtió en el refugio donde los barcelonistas se cobijaron en los momentos determinantes.

Como en el último minuto de juego, cuando Nagy sentenció con un soberbio zurdazo, el triunfo de un Barcelona que desde el primer momento supo llevar el encuentro al terreno menos propicio para el Atlético de Madrid, incapaz de dotar de velocidad a su juego, maniatado por la defensa azulgrana.

Intensidad defensiva que caracterizó los minutos iniciales del partido en los que si el Atlético sufría ante la contundencia del rocoso 6-0 defensivo de los catalanes, el Barcelona no encontraba la fórmula para superar el 5-1 madrileño. Circunstancia que otorgó más importancia de la que suele gustar a los entrenadores a las acciones individuales, en las que Laszlo Nagy y Siarhei Rutenka, como siempre motivadísimo cada vez que se mide a su exequipo, tuvo un papel protagonista.

Colgados del brazo del magiar y del bielorruso, los de Xavi Pascual comenzaron a abrir una brecha en el marcador, que el Atlético, lastrado por el gris arranque de Markussen y, sobre todo, de Lazarov, era incapaz de cerrar.

Una diferencia que comenzó a adquirir un tono preocupante para los locales con los cuatro tantos (4-8) en los que fijo la diferencia azulgrana el central Raúl Entrerríos a diez minutos para el descanso. Renta que obligó a pedir con urgencia un tiempo muerto al preparador rojiblanco, Talant Dujshebaev, sabedor de que podía dar ya por perdido el encuentro si no lograba reducir la desventaja antes del receso.

Mensaje que caló inmediatamente en los jugadores atléticos que en los diez minutos finales de la primera parte, liderados por un sensacional Arpad Sterbik, aumentaron un punto la intensidad de su defensa, lo que les permitió al fin correr.

Un contragolpe del sueco Jonas Kallman y una impresionante galopada del francés Luc Abalo, tras abortar el mismo un contraataque azulgrana, desataron definitivamente a los rojiblancos, que dejaron la diferencia al descanso (10-11) en tan sólo un gol. Diferencia que desapareció por completo en la segunda mitad, en la que el Atlético de Madrid dio la vuelta al marcador del modo que más le gusta, a toda velocidad, gracias a un desbocado Chema Rodríguez que firmó el 14-13 a los treinta y seis minutos.

Pero, Nagy no estaba dispuesto a que tal y como ocurriera en la final de la Supercopa de España, el Atlético convirtiera el duelo en un ir y venir constante de una portería a otra, en el que el Barcelona no tenía nada que ganar.

Dos soberbios lanzamientos y una perfecta asistencia del magiar permitieron al Barcelona frenar el vendaval local, que encontró en el pivote Julen Aginagalde el mejor argumento para frenar un nuevo escapada azulgrana, que llegó a gozar nuevamente de hasta dos goles (16-18) de ventaja en el marcador. Una posibilidad que pareció frustrarse definitivamente para los visitantes con la expulsión de Siarhei Rutenka, tras empujar por detrás a Isaías Guardiola en un contragolpe. Ventaja que apenas duró unos segundos para el Atlético al entender los colegiados que Lazarov lanzó a propósito al rostro de Saric el penalti con el que se sancionó la infracción del jugador bielorruso.

Una doble expulsión que perjudicó especialmente a los rojiblancos, que parecieron noqueados por la perdida de Lazarov, una circunstancia que no desaprovechó el Barcelona, perfectamente dirigido por Nagy, para lograr unos insalvables tres goles (20-23) a cinco minutos para la conclusión.

Tiempo en el que el Atlético soñó con la proeza, gracias a la garra de Abaló, que llegó a poner tablas (23-23) en el marcador, pero hoy en Vistalegre sólo había un héroe y ese no era el galo, sino Laszlo Nagy, que con un soberbio lanzamiento puso el 23-24 que dio el triunfo a los de Xavi Pascual.

Un Barcelona que se encontró incluso un último regalo, en el postrer lanzamiento de Nagy, ya con el tiempo concluido, que sirvió para que los azulgrana ampliasen su ventaja a dos tantos (23-25), que dada la igualdad entre ambos conjuntos, puede ser decisiva para el título liguero.

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