La jornada de Copa en Europa ha dejado dos jugadas polémicas, por la que ambos protagonistas han recibido sonoras críticas, y en la que en ambos casos el equipo es el que ha salido perdiendo.
En Holanda, durante el partido entre el Ajax y el AZ Alkmaar, el portero del conjunto visitante, el costarricense Esteban Alvarado, fue expulsado por agredir a un hincha que había saltado al campo para golpear al guardameta.
Ante la decisión del colegiado, muy criticada posteriormente, el técnico del AZ decidió retirar a su equipo en señal de protesta, lo que obligó a que el encuentro fuera suspendido.
Después del partido, Nijhuis Bas destacaba el mal comportamiento del costarricense. "Soy un árbitro y debo cumplir reglas. Puedo entender que se ha defendido, pero si el aficionado ya está en el suelo, se puede caminar. Pero luego lo patea. Lo vi varias veces, luego brevemente con el cuarto árbitro y mis ayudantes. Bajo las reglas, esto es roja. Veo la conmoción, pero sólo se deben ejecutar las reglas", expresaba el árbitro en declaraciones que recoge la prensa holandesa.
Horas después del choque, la federación de fútbol holandesa retiraba la tarjeta roja a Alvarado, alegando que "el portero fue atacado de forma imprevista y, por lo tanto, el Comité cree que su reacción, ante un ataque, fue debida a su estado de ánimo".
Robben pide perdón
Mientras, en Alemania, en el encuentro en el que el Bayern de Munich se impuso al Bochum por 2-1, Arjen Robben fue muy criticado por tratar de engañar descaradamente al árbitro, protagonizando un ‘piscinazo’ verdaderamente ridículo.
Tras la jugada, al holandés no lo quedó más remedio que aceptar su error y disculparse, consciente de que todos habían visto, y criticado, la jugada. "Fue una estupidez. Quizá fue penalti, pero debía haber caído antes. No tengo que hacer cosas como esta y pido disculpas por ello".