El piloto Guilherme Spinelli ha sorprendido a todos con su sinceridad y su deportividad. El brasileño, según asegura Marca, ha reconocido que había hecho trampas durante la carrera, y ha decidido abandonar el Dakar. "Nadie me ha visto, pero no podría dormir si acabase así la prueba", afirmó.
Durante la etapa entre Chilecito y Fiambalá, Spinelli sufrió un problema mecánico y romió el alternador de su Mitsubishi Lancer. Después de largos minutos de espera sin solución, un espectador argentino le ofreció ayuda, y el brasileño aceptó. Fue a su casa, le dio un alternador de repuesto, y entre los dos lo colocaron.
Spinelli pudo terminar la etapa, pero nada más finalizar no pudo aguantar sus remordimientos, y se dirigió junto a su navegador, Youssef Hadad, hacia donde se hallaban los comisarios. Ahí, con lágrimas, lo confesó todo.
"Sé que nadie me ha visto, pero he hecho esto. No podía aceptar terminar el Dakar habiendo hecho trampas. No habría podido dormir con esto. La honestidad es mi prioridad y mi única motivación", les dijo el brasileño. Acto seguido, y sin esperar una respuesta, se marchó.
Evidentemente, los jueces deportivos se quedaron muy sorprendidos. Sorprendidos, y agradecidos de tal señal de deportividad. Es muy complicado controlar a todos los pilotos en todo momento, por lo que se pueden dar situaciones ilegales. Sin embargo, lo normal es que cuando estas se producen nadie se entere. Por eso, aseguran que Spinelli "debería ser un ejemplo para el resto de competidores", y ya han dejado claro que volverán a invitarle el año que viene.
Spinelli no era un piloto cualquiera. Era la cuarta ocasión en la que competía en el Dakar, y su objetivo era terminar entre los cinco primeros.