Mientras la mayoría de jugadores opta por mangas largas, guantes o calentadores, y el Barcelona decide instalar calentadores debajo del césped, Jéremie Janot ha encontrado un método mucho más rápido, pero mucho más asqueroso, para combatir el frío.
El portero del Saint Etienne francés ha admitido al diario L’Equipe que "cuando falta un cuarto de hora para el final del partido, me orino encima. Después, me voy a la ducha".
Janot ha continuado diciendo que normalmente se pone dos pares de guantes, pero que nunca consigue evitar que se le congelen los pies (en Francia llegan a jugar a trece grados bajo cero). También comenta que en el banquillo debe ser peor. No imaginamos al futbolista utilizando su truco sentado en el banquillo junto a sus compañeros...