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Los paralelismos entre la Grecia actual y la campeona en 2004

La selección helena ha dado la campanada al clasificarse para cuartos dejando fuera a Rusia, y todos recuerdan la gesta de hace ocho años.

La selección helena ha dado la campanada al clasificarse para cuartos dejando fuera a Rusia, y todos recuerdan la gesta de hace ocho años.
Los jugadores griegos celebran el histórico pase a cuartos. | EFE

Grecia ya se ha convertido en la gran revelación de la Eurocopa. En un grupo en el que nadie daba un duro por ella, con Rusia como gran favorita, la anfitriona Polonia como la otra candidata a pasar a cuartos, y la República Checa como única alternativa posible, el conjunto heleno ha dado la sorpresa clasificándose en el segundo lugar. Exactamente igual que en 2004, cuando para sorpresa de todos terminó proclamándose campeona.

Pero los paralelismos no terminan ahí. En aquella Eurocopa Grecia fue segunda del Grupo A con cuatro puntos. Este año, Grecia ha sido segunda del Grupo A con cuatro puntos. Pasó gracias al goal average respecto a España, la favorita del grupo y a la postre eliminada a las primeras de cambio. Ayer, pasó gracias al goal average respecto a Rusia, la favorita del grupo y a la postre eliminada a las primeras de cambio. Y eso que con el 1-0 de ayer Grecia acabó con los mismos goles anotados que encajados. Exactamente igual que hace ocho años.

Curiosamente, la selección griega disputó el encuentro inaugural de la Eurocopa de Portugal contra la selección anfitriona. ¿Adivinan quién disputó este año el primer partido de la competición? Efectivamente. Grecia. Ante Polonia. Eso sí, en 2004 los helenos lograron la victoria; la semana pasada fue un empate.

Karagounis era el alma de aquel equipo que terminó reinando. Karagounis es el alma de este equipo que está sorprendiendo. Fue el autor ayer del gol que le dio a Grecia el pase a cuartos contra todo pronóstico. No es el único que queda de entonces. También siguen Chalkias, hoy guardameta titular y Katsouranis, otro peso pesado en la medular.

Pero sobre todo resiste el mismo estilo, el que muchos tildaron de rácano y pobre y otros tantos de bravo, aguerrido. Lo que está claro es que fue un juego que valió para sacar lo máximo de unos jugadores que alcanzaron algo con lo que nunca habían soñado antes, al imponerse en la final a Portugal. Más o menos, lo mismo que está sucediendo ahora...

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