Sí. Aunque suene a exageración, en la tercera jornada del PGA Championship se han registrado tres tormentas diferentes. Por un lado la nube negra que pesa sobre la figura del que fuera rey mundial del golf, Tiger Woods, que no se quita de encima esos nubarrones que pesan sobre su juego en los Grandes, y que motivan un estado de ansiedad tan importante que merma y paraliza su juego.
Por otro lado, la auténtica tormenta que pesa sobre los que teóricamente están llamados a ser los referentes del golf español, y que torneo tras torneo no hacen más que sembrar de dudas un camino que parecía brillante, y que se torna cada vez más oscuro. De nuevo Sergio García y Álvaro Quirós se quedan fuera del corte en un Major. Para mas inri, en esta ocasión se les ha sumado Rafael Cabrera-Bello, que está realizando una magnifica temporada, Pablo Larrazábal y José María Olazabal. Tan solo el madrileño Gonzalo Fernández-Castaño y el perenne Miguel Ángel Jiménez continúan en liza.
Y por último, la tormenta climatológica que obligó a la suspensión de la tercera ronda, cuando el joven norirlandés Rory McIlroy y el veterano jugador de las Islas Fidjy Vijay Singh acaparaban las posiciones de privilegio. La mayoría de los punteros en el Kiawah Island Resort, Carolina del Sur, aún deben terminar la ronda.
Cabe destacar por último que han sido varias e importantes las bajas que ha producido el corte, destacando las de Martin Kaymer, Nicolas Colsaerts y Lee Westwood por el bando de los europeos, y las de Hunter Mahan, Matt Kuchar, Webb Simpson, Bubba Watson o Ricky Fowler por el bando estadounidense.