El Real Madrid es siempre un ciclón. Con todos los aspectos positivos y negativos que eso puede conllevar. Hoy, desde luego, brillaron más los primeros. La exhibición que llevaron a cabo los blancos en el segundo cuarto fue para enmarcar; 24-4 en lo que a puntos se refiere, 35 a -5 en valoración. Siempre liderados por un Rudy Fernández colosal, que terminó con 15 puntos y 6 rebotes.
Y eso que al Madrid le costó entrar en el partido. En los primeros compases cometió demasiadas imprecisiones, quizá fruto de la responsabilidad de lo que se estaba jugando: el billete para la Final Four. Sólo Rudy, con ocho puntos, pareció sostener a los suyos. Y el Maccabi, claro, lo aprovechó, sintiéndose de cada vez más cómodo sobre la pista. Tres triples casi consecutivos, uno de ellos sobre la bocina, le permitieron llegar al 14-23.
Otro triple israelí abrió el segundo cuarto. Pero ahí se terminó todo. El Real Madrid y el Palacio al completo se dieron cuenta de que había que despertar, que meter una marcha más al partido, y con un parcial de 13-0 volvió a adelantarse en el marcador (27-26). Para ello fue clave la presencia de Felipe Reyes, un baluarte en defensa. De hecho, después de ese triple el Maccabi ya no volvió a anotar hasta que faltaban 3:11, y desde el tiro libre.
No contento con igualar el choque, el Real Madrid logró otro parcial de 11-1, liderado en esta ocasión por Sergio Rodríguez y Jaycee Carroll, que le permitió marcarse al descanso 11 puntos arriba, 38-27. Ventaja que se fue manteniendo durante el tercer cuarto, en el que se redujeron las canastas debido al aumento de la intensidad en ambos equipos.
Al Real Madrid le bastaba con Rudy Fernández –el mallorquín disputó probablemente su mejor partido vestido de blanco; soberbio en ataque, mejor aún en defensa- para mantener la ventaja, hasta que dos triples consecutivos, de Suárez y Llull, pusieron el +15 en el marcador (55-40) a falta de 3:17.
El Maccabi ya no pudo o no supo reaccionar, y el último cuarto fue una fiesta para el Real Madrid, en la que Felipe, Sergio o Mirotic culminaron sus grandes encuentros, hasta Mirza Begic se apuntó, y Rudy Fernández pudo descansar. No le encesitó ya el Real Madrid. El mallorquín había hecho su trabajo. Y qué trabajo.
Al final, 79-53. 26 puntos de ventaja pero, lo más importante, los blancos golpean primero. El viernes, segundo asalto.