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La peor derrota en la era Gasol baja a España a la tierra (72-92)

Los de Scariolo siempre fueron por detrás. Doncic rozó el triple-doble. España luchará el domingo por el bronce ante el perdedor del Rusia-Serbia.

Los de Scariolo siempre fueron por detrás. Doncic rozó el triple-doble. España luchará el domingo por el bronce ante el perdedor del Rusia-Serbia.
La selección española cae ante Eslovenia en semifinales del Eurobasket. | EFE

Cuando faltaban poco menos de cuatro minutos para el final, una España desesperada, agónica, buscó a su referente de casi dos décadas en un balón al poste. Ahí recibió Pau Gasol de espaldas al aro, ante la defensa del rudo Gasper Vidmar. Pau botó, fatigado a esas alturas de partido y torneo, tratando de ganar una buena posición para anotar ante el pívot esloveno, un currante del baloncesto, lejísimos de ser una estrella. Sin embargo, lo que en la inmensa mayoría de los casos dice la lógica que sería una canasta de Gasol, o al menos una falta de su oponente, acabó en un robo limpio del interior esloveno, adelantándose por velocidad en el bote del español. Bien es cierto que a esas alturas, la clasificación eslovena para la final del Eurobasket ya estaba más que resuelta, pero la relevancia de esa jugada se debe a que fue la mejor imagen para narrar un partido que pasa, desde ya, a formar parte de la historia negra del baloncesto español. Sin discusión, si se excluye alguna derrota ante Estados Unidos, especialmente aquella en la primera fase de los Juegos Olímpicos de Pekín (82-119), el peor traspiés español desde que Pau Gasol viste su camiseta. Quizá no el más doloroso, pues aquella noche ante Francia en Madrid en los cuartos de final del Mundial 2014 no tiene parangón posible, pero sí desde luego la única vez que a España el rival la ha sacado de la pista. Así de duro. Algunos recordarán el partido por el bronce, también ante los galos, en 2005, con un descorazonador 98-68. Pero aquel día en España no jugaba Pau Gasol Sáez.

El duelo ante Eslovenia fue como si a España la atropellara una nueva generación, encarnada en un jugador llamado a marcar una época. A Luka Doncic no le hace falta dar exhibiciones ofensivas en forma de altas anotaciones para dominar un partido. Con 18 años, el jugador del Real Madrid manejó el ritmo del partido en todo momento, encontrando siempre el pase perfecto para un tirador liberado en la esquina, o para un pívot aislado bajo el aro aprovechando las ayudas españolas sobre el genio esloveno. El análisis en la previa señalaba a una España superior en la zona, por una Eslovenia seguramente mejor en el exterior. El frío análisis de los números deja bien a las claras lo que fue una ingente superioridad balcánica en el perímetro. Doncic cocinó 11 puntos, 12 rebotes, y 8 asistencias letales, ganando su equipo por 20 en los 35 minutos que estuvo en cancha. Goran Dragic aportó 15 tantos más, y Prepelic, letal tirador, terminó de aniquilar a España con 13 más, 3 triples incluidos. Las sensaciones, sin embargo, fueron aún peores. Igor Kokoskov planteó desde el banquillo un partido pluscuamperfecto, ante el que los suyos respondieron con un acierto exterior sideral, que les llevó a un 14 de 25 en triples total, más alucinante si cabe al descanso, con 10 de 15, una auténtica barbaridad estadística.

Porque el juego fue desde el salto inicial lo que Eslovenia quiso. 6 triples ya en el primer cuarto marcaron la pauta. España, mientras, se encontraba tan incómoda como ante Alemania, volviendo a reclutar el gasolsistema como forma de vida, ante la ausencia de amenaza exterior real. Y con un hábito convertido en tendencia con el paso del torneo: arrancar muy mal tanto la primera parte como la segunda. En la semifinal, le costó ambas veces cuatro minutos anotar con cierta fluidez, lo que permitió primero la iniciativa rival, y después la consolidación de la renta. Con todo, España llegó con mucha vida al descanso pese al bombardeo esloveno (45-49), con la realidad indicando que, si los de Doncic mantenían el nivel, la victoria era quimérica, pero que una bajada en su rendimiento permitiría competir a España.

Sin embargo, todo fue a peor. Dos contraataques a placer de Jaka Blazic indicaron que la puesta en escena tras el intermedio volvió a ser preocupante. De hecho, España no volvió a estar cerca realmente. Doncic controló el partido a su antojo, y hasta las profundidades de la rotación eslovena, personificadas en el rudo pívot Dimec, parecieron mejores de lo que son, nutridas por la joya de Ljubljana. Desde el banquillo se probó de todo para cambiar la dinámica, como una zona para los últimos diez minutos, rápidamente puesta en entredicho por un triple de Prepelic.

A España en ningún momento le faltó interés por evitar la tragedia, ni un ápice se puede reprochar a la actitud o el interés. Pero sí hubo carencia de juego, piernas e ideas, ante un equipo brillantísimo, que infligió a los de Scariolo su mayor sopapo desde que en 2001 la historia empezara definitivamente a cambiar para nuestro baloncesto. Frente a la velocidad de pase y acierto eslovena, España topó con una sensación de impotencia casi nunca vista, reflejada en varias faltas de ataque más que evidentes por atropellar a un rival que tapaba los espacios en la cancha, y los sueños en la grada. Una sensación que, por cierto, será difícil de remontar de cara a jugarse un valioso bronce el próximo domingo, aunque este grupo esté más que capacitado para hacerlo.


Ficha técnica

España, 72 (19+26+12+15): Pau Gasol (16), Rubio (13), Marc Gasol (12), San Emeterio (6) y Navarro (-) —equipo inicial—; Rodríguez (9), Willy Hernangómez (6), Sastre (3), Oriola (2) y Juancho Hernangómez (5)
Eslovenia, 92 (25+24+24+19): Randolph (15), Dragic (15), Blazic (7), Vidmar (12) y Doncic (11) —equipo inicial—; Nikolic (7), Prepelic (13), Cancar (-), Zagorac (5) y Dimec (7)

Árbitros: Cristiano Maranho (Brasil), Tolga Sahin (Italia) y Yohan Rosso (Francia). Sin eliminados
Incidencias: Primera semifinal del Eurobasket 2017 disputado en el Sinan Erdem de Estambul ante 3.571 espectadores

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