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Fenerbahce derrota al CSKA en el torneo de Zadar y lanza un aviso a sus rivales por la Euroliga

Poco de amistoso hubo en el duelo entre los dos últimos campeones europeos, que dejó múltiples lecturas.

Poco de amistoso hubo en el duelo entre los dos últimos campeones europeos, que dejó múltiples lecturas.
Archivo / ZDBT

"Va a ser una noche larga", bromeaba a la salida del Kresimir Cosic Hall de Zadar José María Izquierdo, entrenador español ayudante de Zeljko Obradovic en el Fenerbahce. Su equipo acababa de clasificarse para la final del prestigioso Zadar Basketball Tournament, tras derrotar al Khimki de Georgios Bartzokas (65-76), limando en cierta medida el traspié sufrido en la jornada previa ante el Brose Bamberg de Andrea Trinchieri, cuando los otomanos cayeron en la segunda prórroga (89-90). El triple empate en su grupo permitía al vigente campeón de Europa disputar el partido por el título ante el CSKA de Moscú, vencedor de sus rivales de la otra parte del cuadro, el Bayern de Munich de Aleksandar Djordjevic (80-70) y el anfitrión KK Zadar (68-97). No es más que pretemporada, y los resultados no valen mucho, pero no poco de cierto había en las palabras de Izquierdo: entre CSKA y Fenerbahce no hay regalos. Si se puede ganar, aunque sea en pretemporada, mejor.

Es la cultura que imprimen a sus equipos Obradovic y Dimitris Itoudis, íntimos amigos tras los trece años que el segundo fue asistente del serbio en el Panathinaikos. Con una filosofía común, que hace que para los dos, vencer al otro sea especialmente importante, por más que no sea más que el mes de septiembre y quizá esa noche puedan compartir mesa y mantel pocos minutos después de su batalla estratégica. En la primera jornada del torneo, Izquierdo tomaba notas desde la grada del Brose-Khimki, sus dos rivales. Cuestionado sobre si el scouting iba con un objetivo más a largo plazo, para conocer a dos futuros oponentes de Euroliga, fue tajante: "Y para ganar mañana. Con Zeljko no hay partido relajado". Aunque quizá suene exagerado, esa máxima exigencia impuesta por Míster Euroliga, el mítico técnico nacido en Cacak hace 57 años, es el secreto de su éxito. "No days off", apuntaba más tarde en zona mixta Brad Wanamaker, el fichaje estrella del Fenerbahce de cara a este curso. Con el ganador de 9 euroligas, no hay días libres.

En la jornada final, el Khimki, tras hacer oficial la llegada del ex NBA Thomas Robinson, se impuso al Zadar en la lucha por evitar el último puesto (58-72), mientras que en el duelo alemán el Bayern le sacó los colores (71-58) a un Brose con mucho camino por hacer para suplir las importantes bajas sufridas: perder de una tacada a Nicolò Melli, Daniel Theis, Janis Strelnieks y Darius Miller puede ser demasiado para los teutones, con mucho por hacer de cara a la próxima Euroliga. Y así se llegó el momento que casi todo el mundo esperaba en Zadar durante el fin de semana, el duelo entre los dos últimos campeones de Europa, hecho poco habitual de ver durante una pretemporada, cuando los gallos tratan de evitarse.

Se han visto cosas en Zadar relevantes, como la buena pinta que tienen los fichajes de Will Clyburn por el CSKA y Jason Thompson por el Fenerbahce, éste con enorme intensidad y actitud, por más que aún tenga que entender algunos aspectos del juego europeo, como evitar cargarse de faltas, pero Obradovic se ha mostrado encantado con él. En cuanto a la final el CSKA dominó la mayor parte del encuentro, con un De Colo celestial, haciendo fácil el baloncesto, bailando sobre el parqué. Ante las ausencias, importantes algunas, como Sergio Rodríguez en los rusos o Nikola Kalinic en el poseedor del cetro continental, algunos jóvenes tuvieron minutos, pero cuando llegó la hora de la verdad, los quintetos que usaron Itoudis y Obradovic daban verdadero pavor. El griego se jugó el partido con Westerman, De Colo, Higgins, Clyburn y Hines, mientras el serbio apostó por quinteto de alta alcurnia: Wanamaker, Sloukas, Datome, Melli y Vesely. Muchísimos quilates vestidos de amarillo y azul para dar finalmente el triunfo al Fenerbahce (72-76), ganador en tres de las cuatro ediciones del que ya es el mejor evento de pretemporada del Viejo Continente.

Fue el primer choque entre los dos grandes transatlánticos de la Euroliga, con victoria del maestro Obradovic sobre el alumno aventajado Itoudis, en un duelo sin concesión alguna entre ambos. Ambos volverán a verse al menos dos veces más temporada, y no sería ni de lejos descartable un tercer encuentro, quizá en el menos de mayo en Belgrado, sede de la Final 4 esta temporada. De producirse, Obradovic jugará en casa, buscando la cuadratura del círculo de una décima Euroliga ganada en su país. Para Itoudis sería la segunda como entrenador principal, después de estrenarse en Berlín en 2016, precisamente ante su "hermano mayor", y mentor. El morbo está servido para una temporada europea que se presenta apasionante. Y los dos grandes candidatos no pierden el tiempo. Más le valdrá a los equipos españoles hacer las cosas bien si quieren tener opciones.

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