Tirando a Fallar, programa temático sobre baloncesto de esRadio, dirigido por Vicente Azpitarte, repasó esta semana la deliciada situación económica por la que pasan las ligas LEB Oro y Plata, segunda y tercera categorías del baloncesto nacional, organizadas por la Federación Española de Baloncesto. El jugador riojano Borja Arévalo fue el protagonista del programa, en una entrevista en la que desgranó los motivos de su desencanto con la competición y el por qué este año ha decidido no jugar, pese a tener varias ofertas importantes. Tras cuajar un gran año en el TAU Castellón, siendo unánimemente reconocido como uno de los mejores bases de la LEB Oro, Arévalo se planteó la posibilidad de dar el salto a la Liga Endesa. Sin embargo, pese a contar con alguna propuesta de la máxima categoría, y varias de la LEB, Arévalo reconoció en la entrevista que "no fueron lo suficientemente interesantes", por lo que decidió esperar a que llegara una mejor propuesta que, de momento, no ha recibido.
Pero, ¿Cuáles son los motivos del cansancio de Borja Arévalo a sus 26 años con la competición en que lleva jugando un lustro? El jugador, ingeniero agrícola de formación, reconoció en esRadio que "cuando exploras el mercado de fuera, te das cuenta de cómo son las ofertas de aquí". Y es que el momento económico por el que pasa la LEB, una liga que hace una década era reconocida como entre las cinco mejores de Europa, es poco menos que crítico. En palabras del jugador español, "si sacáramos un sueldo medio de la liga, estoy seguro de que sería inferior a 1500 euros al mes". Clubes que pagan salarios ridículos a sus jugadores, y condiciones muy mejorables al límite o por fuera de la legalidad. Además, no pocos equipos sacan partido de momentos delicados en la economía de jugadores que buscan abrirse una puerta en el mundo profesional: "algunos se aprovechan de jugadores novatos, pagando cantidades ínfimas y diciéndoles que les van a abrir las puertas para contratos mejores", señaló el base.
Pero aún hay más. Arévalo señaló en Tirando a Fallar que "hay algún club de LEB Oro que está pagando 300 o 400 euros al mes" hecho que, en su opinión, podría ser "hasta denunciable". Sin ir más lejos, Arévalo, que comenzó su carrera en el Clavijo de Logroño en la LEB Plata hace 6 años, recuerda que "los sueldos de entonces en Plata sería sueltos altos para la Oro actual. Lo peor es que no sabemos cuál es el fondo de todo esto". Comparar la liga actual con el pasado puede ser muy odioso, pero a Arévalo no le dolieron prendas en recordar que el argentino Paolo Quinteros "estuvo cobrando en Zaragoza medio millón de euros" mientras que "hoy, el presupuesto de una plantilla como mucho es de 250.000 euros". De resultas, los jugadores apenas tienen capacidad de ahorro y corren el riesgo de, de no formarse, acometer una retirada del deporte profesional con las espaldas completamente descubiertas de cara a su vida posterior al baloncesto.
Y todo ello, mientras desde la Federación Española de Baloncesto poco menos que se mira hacia otro lado. El riojano fue rotundo al afirmar que "ni la FEB ni los clubes hacen nada por los jugadores", señalando que "a la Federación se le hinchó el pecho cuando descendió el Betis diciendo que habría dos ascensos y que daría más visibilidad a la competición. Pero luego, al haber sólo uno, todos a callar". Igualmente fue crítico con el actual presidente, el ex internacional Jorge Garbajosa, del que dijo que "cuando llegó se reunió con jugadores y prometió cosas, pero todo sigue igual".
Es el complejísimo momento por el que pasan dos categorías de importancia capital para el futuro del baloncesto español, pues suponen la lanzadera de muchos jugadores hacia el profesionalismo y, además, el lugar donde muchas ciudades importantes de la geografía española anhelan con regresar o dar el salto por primera vez a la Liga Endesa. Por el momento, Borja Arévalo reconoce que "aún no me he planteado explorar opciones como ingeniero, pero si las cosas sigue así, no me quedará otra". Así están las cosas en el baloncesto español.