La última jugada de la Copa del Rey, con un ajustado triunfo del Barcelona Lassa ante el Real Madrid, no ha hecho sino sacar a la palestra nuevamente una preocupación recurrente en el arbitraje español en los últimos años. El partido se decidió tras una falta no señalada de Víctor Claver sobre Jeff Taylor que pudo llevar el duelo a la prórroga. La acción, muy difícil de ver en vivo a la velocidad del juego, resultó evidente en televisión, dejando a los pies de los caballos al trío arbitral, formado por Daniel Hierrezuelo, Carlos Peruga, y Emilio Pérez Pizarro. Aunque bien es cierto que el alero sueco del Real Madrid no reclamó la falta en ningún momento, mucha gente se ha preguntado los motivos por los que el trío arbitral no usó la tecnología para resolver la duda. Y la respuesta es sencilla: la normativa impide revisar si una acción es falta o no, tanto si se ha señalado como si no se ha hecho.
Según ha podido saber Libertad Digital, de cara a esta temporada, el director arbitral de la ACB, Francisco Monjas, solicitó a la FIBA la inclusión de quince nuevas situaciones que pudieran ser revisables mediante televisión en la Liga Endesa, propuesta a la que la federación internacional dio un inmediato carpetazo, al no estar recogidos los supuestos en el propio reglamento FIBA. Paradójicamente, en la Euroliga existen muchas mas situaciones que son potencialmente revisables con la imagen, por ejemplo resolver si una falta sancionada es normal o antideportiva, algo inviable en la competición nacional. Un aspecto que, de hecho, genera que, en partidos de la Liga Endesa, los propios jugadores y entrenadores de equipos participantes en la máxima competición europea reclamen a los árbitros ACB la aplicación del instant replay en situaciones en las que el reglamento FIBA no lo permite y que, por tanto, genera más crispación sobre la cancha e, indirectamente, en el público. La Euroliga, como organismo privado, sí tiene la capacidad de introducir modificaciones en el reglamento que quiere aplicar en su competición, hecho imposible por el momento para la ACB pese al interés del estamento arbitral en que así sea. La propia liga ACB informa sobre qué situaciones son revisables en su página web. Por otro lado, resulta necesario aclarar que la acción de Claver sobre Taylor tampoco habría sido revisable en la Euroliga, que no recoge dicho supuesto.
Y es que la falta de unificación de un reglamento único a nivel global, que incluyera NBA, Euroliga, Liga Endesa, o cualquier otra competición internacional, es un debate que está sobre la mesa desde hace años, por ejemplo con las famosas polémicas surgidas en los Juegos Olímpicos y Copas del Mundo con la distinta interpretación de los pasos de salida para los equipos de Estados Unidos y los europeos, aspecto teóricamente en vías de solucionarse actualmente tras la puesta en marcha este año del revolucionario `paso cero´, considerado por muchos como un triunfo del baloncesto americano sobre el del Viejo Continente.
Ante este hecho, los árbitros españoles, conscientes del respaldo que para su desempeño supone una herramienta tan útil como el instant replay, están convencidos de que la inclusión de más situaciones revisables iría en beneficio de su labor y de la propia competición, y han realizado movimientos en pos de aumentar las posibilidades de uso de la tecnología, por el momento sin resultado, lo que les deja vendidos ante la crítica cuando cometen errores que podrían ser corregidos de forma sencilla. Saben que cada error en partidos relevantes les pondrá en el disparadero, como ha ocurrido en esta ocasión con Carlos Peruga, teóricamente el árbitro que debía haber visto la falta de Claver, aún a sabiendas de que esa acción no es revisable en ninguna competición internacional.
Por otro lado, no es sólo una preocupación de los colegiados. Jugadores, entrenadores, y público en general tienen prácticamente consenso unánime en el aumento del uso de la tecnología, conscientes de que supondría una reducción inmediata de las polémicas, como las que han afectado directamente a la Copa del Rey en sus dos últimas ediciones, desde el ya célebre campo atrás no pitado a Sergio Llull en los cuartos de final de Vitoria hace un año frente al Morabanc Andorra, hasta la resolución de la final de esta temporada. Sin embargo, y pese a los intentos de los árbitros españoles para que en la Liga Endesa se produzca dicho incremento, la pelota realmente está en el tejado de la FIBA.