El Real Madrid ha ganado un importantísimo partido al Zalgiris Kaunas por 70-58 y ha cerrado el grifo del pánico tras las dos derrotas anteriores en la Euroliga ante el Baskonia y el Valencia Basket, así como en la final de la Copa del Rey ante el Barça.
Además de estas tres derrotas y de la pobre imagen dada por el equipo, el partido era casi vital para el conjunto blanco habida cuenta de la igualdad de la Euroliga, de que el Zalgiris estaba a una sola victoria y de que un nuevo fallo le podía poner en una situación peligrosa de cara a alcanzar los playoffs.
El Real Madrid salió mal, 2-6 (min.2.30), sin ritmo, sin energía, sin ideas en ataque y en defensa, pero dos triples de Nico Laprovittola despertaron a los de Pablo Laso, que engarzaron un parcial de 10-0 en 3 minutos para pasar a un 12-6. Sin hacer un gran juego, el Real Madrid cerró el primer cuarto con ventaja, 21-13, gracias al lanzamiento de tres puntos, 5 de 10, y a una buena defensa que dejó al Zalgiris sin su arma principal, el juego de perímetro. Esto unido al miedo a Walter Tavares de los jugadores lituanos en las inmediaciones del aro, explican perfectamente el resultado.
En el segundo cuarto, el juego se embarulló. Errores en ataque, falta de ideas y de acierto y defensas más pegajosas en los dos equipos ralentizaron el marcador. El equipo español se aferró a los puntos de Jaycee Carroll y el Zalgiris a los buenos minutos de Thomas Walkup, Paulius Jankunas y Rokas Jokubaitis. El 36-31 con el que finalizó la primera mitad dejó claro que la victoria estaría muy cara al final y que los triples —el Madrid anotó 1 de 7 en el segundo acto y el Zalgiris 3 de 7 en los primeros 20 minutos—, serían fundamentales.
El paso por vestuarios no mejoró la anotación con un 3-0 para el Real Madrid en los primeros 3 minutos, 39-31. Las pérdidas de balón fueron la tónica dominante en los inicios del tercer acto. El Real Madrid acusó especialmente la sequía anotadora, sólo un triple de Laprovittola en los primeros 5 minutos, y el Zalgiris comenzó a echarle el aliento en el cogote, 39-38. Sin embargo, en los dos minutos siguientes y gracias a dos triples consecutivos de Gabi Deck, el Real Madrid se anotó un parcial de 8-0 para volver a tomar ventaja en el marcador, 47-38, y cerrar el tercer cuarto con 51-42.
Con el partido metido en bajos guarismos, Carroll volvió a surgir en el Real Madrid para conseguir la máxima ventaja, 59-46 (m.33.30), y un triple de Trey Thompkins elevó la renta a 16 puntos, 64-48 (m.35.30), lo que entreabrió la puerta de la victoria para el equipo blanco. El conjunto español siguió perdiendo balones, pero tiró de memoria histórica para administrar la renta y acabar ganando por 70-58 y cerrar el grifo del pánico. Eso sí, perdió un total de 22 balones y no tiró ningún tiro libre. Dos datos inusuales.