
España sufrió de lo lindo en la primera parte en cuartos ante Finlandia. El paso por los vestuarios en el descanso fue clave. Sergio Scariolo ajustó tácticamente un puñado de conceptos, pero la gran clave del lavado de cara que tuvo el equipo español tras el descanso fue la tremenda bronca de Rudy Fernández.
"Le estaba escuchando y me parecía que hasta se estaba pasando con el tono" desvelaba un Sergio Scariolo encantado con su capitán. "Después de lo que ha dicho, yo no he tenido que levantar la voz ni un decibelio. El impacto emocional que hacía falta en ese momento ya lo había conseguido él".
A Rudy no le gustó la actitud de la primera parte. Te pueden ganar por tener mayor talento, pero la intensidad jamás se negocia. Su charla, al igual que su barbacoa en un momento clave de la pasada temporada con el Real Madrid, surtió el efecto deseado. España salió del vestuario con el cuchillo entre los dientes. El rapapolvo de Rudy estimuló a un equipo que se comió a Finlandia y consigue meterse en semifinales.
Tras el encuentro, el gran artífice del triunfo español no podía evitar que se le saltaran las lágrimas: "Antes de venir aquí dije que yo confiaba en este equipo. Es un momento para recordar". La espectacular remontada tenía una dedicatoria muy especial. Emocionado, recordaba a su padre fallecido el pasado mes de mayo de cáncer a los 66 años: "Para mí, este está siendo un año muy duro, porque no está mi padre y la verdad es que estaría disfrutando muchísimo. Sé que desde arriba me está ayudando".
Otro de los grandes protagonistas del partido, Willy Hernangómez, destacaba la importancia de la bronca de Rudy Fernández al descanso" Rudy como líder, como capitán, y sobre todo por la experiencia y la confianza que tiene en nosotros, sabe que somos capaces de jugar mejor de lo que hicimos en la primera parte. Salimos nerviosos, cometiendo muchos fallos y nos vino muy bien tanto la bronca de Rudy para que se nos quitaran los nervios, volviéramos a jugar fluidos y demostrar que, cuando lo hacemos así, somos un buen equipo".
Rudy acabó con 11 puntos en tan solo 18 minutos, con tres tiples fundamentales y acciones defensivas de muchísimo mérito, pero como buen líder no solo brilló en la pista. Al descanso su actuación fue decisiva para el cambio de cara de un equipo que quiere seguir soñando despierto. En semifinales espera Alemania, verdugo de la Grecia de Antetokounmpo y que ejerce como anfitrión. Nos podrán ganar por talento, pero con Rudy al mando, jamás nos tumbaran por intensidad.