
El legendario jugador lituano Sarunas Marciulionis, miembro destacado de la última selección de la Unión Soviética y la primera de la Lituania independiente, pasó este domingo por la sintonía de Tirando a Fallar, el programa temático sobre baloncesto de esRadio en el primer episodio del serial ‘Desde Lituania con balón’.
Durante una extensa entrevista, el ex jugador de 59 años desgranó lo más destacado de su prolífica carrera, que le llevó a ser uno de los primeros europeos en jugar a un nivel verdaderamente alto en la NBA. Y eso que sus comienzos con la selección de la URSS no fueron sencillos, tras varias decepciones con el equipo nacional. "Cuando me cortaron en 1986 empecé a pensar en centrarme en estudiar y…. dejar el baloncesto. Por suerte mi entrenador en el Stativa Vilnius habló conmigo y me retó: ‘¿Cómo vas a dejar ahora el baloncesto, hombre?’. Y Gomelski volvió a la selección y encontré su apoyo y así empezó una nueva vida", explicó.

Poco después, el talentoso escolta fue uno de los deportistas soviéticos pioneros en marcharse, en plena Guerra Fría, a Estados Unidos, lo que se anunció en una multitudinaria rueda de prensa junto al ajedrecista Gary Kaspárov y el jugador de hockey Viatcheslav Fetíssov. "Los abogados de Gary Kaspárov nos mostraron la forma en que actuar. Teníamos que renunciar a nuestro compromiso con nuestros equipos, y también a participar con la selección de la URSS… Así era como no podían impedir que nos fuéramos. Pero en realidad la decisión fue tomada en Lituania por parte del Comité del Deporte. Así aseguraron que otros jugadores pudieran tomar una decisión parecida, y Kurtinaitis, Homicius o Sabonis tuvieron vía libre para salir también a otros países de Europa", recordó en la entrevista en ‘Tirando a Fallar’.
Obviamente, la adaptación del jugador nacido en Kaunas al continente americano no fue sencilla, como demostró al recordar sus primeros días en los Golden State Warriors. Sufrió en lo deportivo -"pasé un poco avergonzado mis primeros entrenamientos contra Mitch Richmond. Era durísimo entrenando. Él y Tim Hardaway, y estaban todo el rato haciéndome puertas atrás, ¡Todo el rato! Pero de alguna manera, conseguí aprender", explicó-, pero sobre todo en lo referente al idioma, muy especialmente dado el carácter de su entrenador. "Don Nelson me picaba a todas horas. La primera vez que empezó a gritarme las seis primeras filas de la grada acabaron riéndose. ¡En pleno partido! Yo no entendía el inglés. ¡Y todos riéndose! Empecé a pensar, "¿qué hago aquí?", comentó, si bien no tardó en recordar con mucho cariño su relación con el veterano técnico. "Yo era un jugador de los de la vieja escuela, así que nunca tuve ninguna queja por cómo me trató o por si me gritó más o menos, porque en Lituania nosotros aprendimos a jugar de esa forma, así que por mi parte todo estaba bien. Tragas un poco de saliva y ya está. De hecho, para mí fue un orgullo cuando varios años más tarde, después del problema que tuvo con Chris Webber, Nelson salió en una rueda de prensa y dijo: ‘Al único jugador que en toda mi carrera he podido herir de verdad fue a Marciulionis… sobre el resto lo que creo es que les he tratado como si fueran de campamento, nada de llevarles al máximo’, así que esas palabras fueron bonitas para mí", agradeció.

Mientras, sobre su opinión del conflicto entre Ucrania y Rusia, fue parco en palabras, pero también claro. "Ya sabemos que la mayor rivalidad que existe es entre Oriente y Occidente… y Lituania es parte de Occidente. Yo en su día luché para que Lituania fuera un país independiente. Teníamos que hacerlo, soñé durante toda mi vida por que llegara ese momento… Que en el fondo era algo prácticamente imposible, pero lo logramos. Pero… ¡Neutralmente independientes! Esa es la postura buena", expuso.
Otra de las anécdotas contadas por Marciulionis en su paso por esRadio fue precisamente sobre el torneo preolímpico de los Juegos de Barcelona, en los que Lituania, recién independizada, tuvo que jugar en Badajoz. "¡Recuerdo que había tres chicos que habían viajado haciendo autostop! ¡De Lituania a España! Se plantaron en Badajoz….Aquello fue una locura", expuso, añadiendo, en tono jocoso, recordar que "olían un poco mal tras tantos días en carretera". Tras ello, profundizó en la devoción de los lituanos por su selección: "ahora puede haber perfectamente 3.000 aficionados en cualquier otro país. Inventan muchas cosas, son gente muy creativa para animar. Llevan pelucas, banderas… al final son gente adulta que se lo pasan muy bien viendo a la selección", agradeció, en una más de las múltiples experiencias de una larga carrera que el brillante escolta lituano esbozó en esRadio.