Menú

Heroicidad de Venezuela, campeona de América y clasificada para Río

El pueblo venezolano tiene por fin algo que celebrar, una alegría en un país que solo recibe malas noticias en el ámbito político, económico y social, y fue gracias a un triunfo nunca antes logrado en su historia y, aunque parezca una gran sorpresa, no fue coincidencia. Este equipo, entrenado magníficamente por el argentino Che García tuvo una manera de jugar y un estilo propio que jamás cambió. Fuera cual fuera el rival, su excelente defensa colectiva, con todo el equipo participando activamente, sus ataques largos y circulación de balón continuo, sin estrellas relevantes (a veces Fox, otras los hermanos Vargas o Graterol, o el eléctrico Vargas comandando las operaciones ofensivas) y sobre todo su fe inquebrantable en sus posibilidades fueron su sello en todo el campeonato. Ha sido la victoria de un equipo con mayúsculas.

La final tuvo un inicio con una Venezuela desconocida, como si la resaca de la clasificación del día anterior les afectara. Argentina, por el contrario, salió muy seria anotando sus posesiones a través de su pareja interior, Nocioni-Scola. A los 5 minutos el marcador reflejaba un 2-13, y fue en ese justo momento cuando Venezuela empezó a ser ella misma y poco a poco se metió en el partido de la única manera que puede y ha hecho en todo el torneo, defendiendo sin dar un centímetro al rival. Así fue remontando punto a punto hasta dejar a Argentina en 28 puntos al descanso, y colocándose por delante en el marcador.

El segundo tiempo siguió por los mismos derroteros, pero Venezuela se encontraba cómoda con ese estilo de juego que le encaja, no así Argentina que sin su anotación alta sufre. Con esa igualdad, ningún equipo superó los 5 puntos de diferencia y así se llegó a los 3 últimos minutos de partido. Ahí la "Vinotinto" sacó fuerzas de flaqueza, aprovechó su rotación mayor de banquillo y se hizo con una victoria histórica, con Guillent capitaneando al equipo en los minutos finales hasta el 76-71 final.

La lucha por el 3º y 4º puesto fue un partido que se inició sin tensión. No había consuelo para ninguno de los dos tras la eliminación de semifinales y hubo más oportunidades para jugadores que no habían jugado tanto, sobre todo en México. Pero poco a poco el partido fue entrando en calor, sin que ninguno de los dos se marchara, lo que dio como resultado un final igualado que se decidió en los segundos finales con dos fade away del base NBA Cory Joseph espectaculares, la última sobre la bocina para dar a Canadá el simbólico tercer puesto con su victoria por 87-86.

Los dos equipos finalistas tuvieron recorridos bien distintos. Venezuela se clasificó 4ª en la primera fase, con mucho sufrimiento, en la última jornada y con 4 derrotas en su haber, mientras que Argentina, con solo una derrota en la última jornada (ante la anfitriona México), tuvo un pase de ronda placentero.

La semifinal entre Canadá y Venezuela se antojaba una lucha desigual. Canadá, con sus 9 jugadores NBA (comandados por el flamante rookie del año Andrew Wiggins) con su talento desbordante y su capacidad atlética que le había hecho ganar con comodidad casi todos sus partidos, se había mostrado como gran favorito al torneo y el rival al que todos querían evitar. Pero Venezuela fue el mismo equipo compacto de todo el campeonato y creyó en sus posibilidades durante todo el partido pese al partidazo del canadiense Olynyk (34 puntos y 13 rebotes).

Paradójicamente Canadá (dirigida por el mítico Jay Triano) logró una ventaja de 7 puntos a falta de 3 minutos, la mayor de todo el partido, y entonces apareció Guillent en Venezuela, que se echó el equipo a sus espaldas anotando 10 puntos en ese tiempo para empatar el partido y ganarlo por un tiro libre a 3 décimas del final…79-78 y locura en el equipo de Venezuela.

En la otra semifinal Argentina derrotó a la anfitriona, la México, entrenada por el español Sergio Valdeolmillos y ante más de 20.000 personas. Dos días antes se disputó el mismo partido en la fase previa, donde el equipo local derrotó a la propia albiceleste con un colosal Ayón con 38 puntos, pero Argentina aprendió la lección y cerró todos los caminos al center mexicano hasta dejarlo en solo 8 puntos y dejando la responsabilidad en el tiro exterior azteca, que no respondió a lo que se esperaba de él. Ni Cruz, ni Hernández dieron un paso adelante y la baja por personales del base NBA Gutiérrez fue una losa sobre todo anímica que no superaron. Mención aparte son los infinitos problemas extradeportivos que ha tenido que sufrir el equipo mexicano, como bien denunció Sergio Valdeolmillos en la posterior rueda de prensa. En Argentina, nada nuevo bajo el sol, el equipo se ha sostenido en todo momento por el dúo Scola y Nocioni, sublimes en entrega, liderazgo y carácter, además de anotación y rebote. Junto a ellos un jugador que ha vuelto a sentirse importante tras un año duro, Facundo Campazzo, excelente todo el campeonato en defensa, anotación y asistencias, siendo la clave para que Argentina se alzara con una meritoria victoria por 78-70.

El resto del torneo en su fase previa siguió por los patrones pensados a priori con algunas excepciones. El quinto lugar que da posibilidad de ir a los Juegos de Río a través del preolímpico del próximo año fue para la Puerto Rico de Rick Pitino, que fue de menos a más, comandada por un excepcional Barea y su díscolo interior Balkman.

Decepcionó Dominicana, con un juego nada solidario en el que la baja de Jack Martínez se notó dentro y fuera de la cancha, y con mal campeonato de sus estrellas Feldeine, García y Sosa. Brasil, con su equipo B al estar clasificado como anfitrión a Rio 16, dio una imagen muy triste para desesperación de su entrenador Rubén Magnano, con pobres aportaciones de los "españoles" Lima y Luz, destacando únicamente Marquinhos a su nivel esperado.

Sobresaliente dadas sus capacidades físicas y técnicas son los resultados de una limitada Uruguay en jugadores y centímetros, donde destacaron el base Fitipaldo y el pivot Calfani, y Panamá, con el equipo más experto, dando guerra todavía Garcés (41 años) y donde sus dos máximos exponentes fueron Hicks (39 años) y el base Haskins. Cuba fue una comparsa, en la que sus mejores jugadores no juegan con la selección al haber abandonado el país.

Joaquín Gangoso Ribes (Ciudad de México)

Temas

Herramientas

0
comentarios