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El Consejo Mundial de Boxeo se suma a las federaciones que vetan a transexuales en categoría femenina

Factores biológicos y pruebas científicas demuestran que las mujeres trans pueden ser una competencia desleal en la mayoría de disciplinas deportivas.

Factores biológicos y pruebas científicas demuestran que las mujeres trans pueden ser una competencia desleal en la mayoría de disciplinas deportivas.
Reuters

La participación de mujeres transexuales en competiciones deportivas de categoría femenina sigue generando polémica por la desigualdad que provoca entre mujeres nacidas mujeres y quienes en su nacimiento eran hombres pero se consideran hoy mujeres.

El Consejo Mundial de Boxeo (World Boxing Council) ha sido el último en pronunciarse al respecto, y se ha mostrado tajante en cuanto a la posibilidad de que hombres de nacimiento participen en categoría femenina.

Hay pruebas científicas que demuestran que las mujeres transexuales tienen una ventaja competitiva y, por tanto, injusta respecto a las mujeres de nacimiento en los deportes de competición. No se pueden obviar las cuestiones biológicas. El nivel de testosterona es el principal factor que produce esas diferencias en la competición. Los niveles habituales de esta hormona en una mujer oscilan entre 0,12 y 1,79 nanomoles por litro de sangre, mientras que en los hombres es de entre 7,7 y 29,4, según recoge la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos.

Esto hace que el hombre tenga, en general, más altura, mayor masa muscular, mayor densidad muscular y ósea, pulmones con más capacidad y menos masa grasa, entre otras cosas.

¿Cómo se traduce esto en el rendimiento deportivo? Tal y como recoge la Federación Internacional de Rugby (World Rugby), los varones son un 50 % más potentes aproximadamente, un 10-15 % más rápidos y tienen una capacidad 30-40 % superior para generar fuerza.

Según explica la abogada especialista en derecho deportivo Irene Aguiar, a la que hemos consultado, el nivel de testosterona en sangre medido en un momento determinado puede resultar inadecuado para garantizar la igualdad durante el combate. Esto coincide con lo que describe el Consejo Mundial de Boxeo en su comunicado: "Se puede argumentar que cuando una mujer transgénero que boxea inicia su carrera profesional ya ha pasado por la pubertad masculina, lo que le confiere la musculatura y la estructura ósea de un hombre. Así pues, una mujer transgénero boxeadora puede obtener una ventaja injusta respecto a otra boxeadora cisgénero".

Irene Aguiar plantea la siguiente pregunta a la hora de categorizar por sexos los deportes: ¿afecta el sexo a la disciplina en cuestión? Si lo hace, es lógico que haya que categorizar y que no puedan competir mujeres junto a hombres.

En este contexto, ha sido noticia durante los últimos meses el caso de la nadadora Lia Thomas, por la serie de récords femeninos que ha ido rompiendo en su disciplina: pasó de ser el número 462 del mundo en categoría masculina a ser la número 1 en la femenina. La normativa que le permitió cambiar de categoría es obsoleta y parece no atender a criterios realistas.

Esto resulta todavía más patente en un deporte como el boxeo que, como explica el comunicado del Consejo Mundial de Boxeo, es una disciplina en la que cada puñetazo se da con la intención de causar un KO, que no es más que una conmoción cerebral. De ahí que la fuerza o la potencia adquieran aún más valor, al tratarse de un deporte de riesgo y que puede provocar trastornos neurológicos, lesiones cerebrales traumáticas, etc. Al fin y al cabo, por eso la disciplina se divide en categorías de peso. La idea es que dos atletas igualmente hábiles y equilibrados entre sí puedan competir sobre un ring en igualdad de condiciones y, lo que es más importante aún, que el combate sea seguro para los contendientes.

El Consejo Mundial de Boxeo se une a otras federaciones internacionales que ya han respaldado la iniciativa de fomentar la igualdad de las mujeres en el deporte. World Rugby ya se pronunció en 2020 al respecto, mientras que la Federación Internacional de Natación puso fin recientemente al escándalo Lia Thomas prohibiendo la participación de nadadoras transexuales en la categoría de mujeres. En ámbitos no internacionales, las federaciones también empiezan a dar respuesta a este problema: es el caso de la federación británica de triatlón y de varias federaciones nacionales de rugby, como la irlandesa o la neerlandesa.

España, un caos tras la aprobación de la Ley Trans

En nuestro país, la situación es un auténtico caos. Por un lado, están las normativas autonómicas: 12 de las 17 comunidades autónomas disponen de una "ley trans" que permite que cualquier persona decida cuál es el sexo que siente como propio, y así poder después competir, mientras que, a nivel nacional, el proyecto de ley aprobado por el Gobierno sigue esta misma línea de la autodeterminación sexual.

¿Podrán competir mujeres transexuales en campeonatos nacionales de boxeo femenino? Sí, pero no podrán hacerlo a nivel internacional, tras la decisión del Consejo Mundial de Boxeo.

La polémica está pues servida, sobre todo si se llegan a impugnar marcas, resultados, clasificaciones, galardones incluso, por parte de aquellos (y, sobre todo, aquellas, por razones obvias) que se sientan perjudicados. En definitiva, estamos ante una posible competencia desleal de unos deportistas que, un buen día, decidieron dejar de ser el hombre o la mujer que vinieron al mundo.

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