El mundo de los deportes de contacto y las artes marciales ha evolucionado a límites hasta ahora insospechados. Redes sociales como Youtube, Instagram, Tik Tok o Facebook han ido modificando un paisaje que hasta ahora parecía destinado exclusivamente a deportistas, entrenadores, promotores, managers y federaciones profesionales especializadas en los diferentes sectores de competición tales como boxeo, kickboxing, muay thai, MMA...
Los influencers asaltan el ring
Sin embargo, un ejército cada vez mayor de influencers inunda el nicho de estas redes sociales: son individuos que destacan socialmente en uno o varios canales de comunicación y expresan opiniones sobre un tema concreto, ejerciendo una gran influencia sobre miles de personas; especialmente, cuando influye en los hábitos de consumo, modus vivendi y operandi de sus seguidores. Era por tanto de esperar que el deporte no tardara demasiado en entrar en su campo de acción.
El caso más claro es el de Ibai Llanos. En su último evento pugilístico La velada del Año III, este magnate de las redes sociales ha logrado congregar a más de 70.000 aficionados en el estadio madrileño Civitas Metropolitano. Una cifra jamás alcanzada en el boxeo español.
Coach de ‘instagramers’ y ‘youtubers’
Como cualquier deportista, amateur o profesional, que decida subirse a un ring, la figura del entrenador se antoja imprescindible. Pablo Martínez, excompetidor, dueño de la cadena de gimnasios Usera Fight Club y entrenador de largo recorrido en muay thai, boxeo y otras disciplinas marciales, es actualmente uno de esos preparadores en alza encargados de la difícil misión de preparar a pupilos inexpertos pero muy famosos en las redes para su aventura pugilística dentro del ring.
"La diferencia más notable es que los profesionales o amateurs ya poseen una experiencia previa, mientras que un celebrity, youtuber o cantante no tiene ninguna, comenzando desde cero en la gran mayoría de los casos", comenta Martínez, un experimentado instructor, añadiendo las dificultades que se encuentran los preparadores. "Hay que tener muy en cuenta el hándicap de llegar con una fecha límite a un evento de esta magnitud, que además mueve millones de euros. Es preciso un proceso de aprendizaje mínimo con fases definidas, un planteamiento tanto deportivo, técnico y táctico donde es imprescindible consolidar un cúmulo factores positivos, tales como la preparación física mínima, aprendizaje técnico y desarrollo de las tácticas básicas del boxeo. Fases estructuradas y taza a taza, ya que ningún entrenador profesional puede construir una casa por el tejado y menos sin unos cimientos estables. Es pura lógica", dice al respecto en declaraciones a Libertad Digital.
En tiempo récord
Quienes piensen que se trata de un trabajo fácil están muy equivocados. Y es que los entrenadores encargados de preparar a estos "inexpertos pichones" para convertirlos en águilas de presa se enfrentan a una series de barreras: hay que saltar con mucha paciencia y psicología puesto que en el 90% de los casos la experiencia de los alumnos es cuando menos inexistente. Martínez tiene claro los factores fundamentales para llevar a buen término esta difícil misión. "Personalmente cuando he aceptado este tipo de reto, con una fecha límite, mucho dinero y contratos millonarios partiendo desde cero, intento pensar de la forma más objetiva y pragmática puesto que no tengo entre mis manos a un profesional o un competidor amateur que se adiestra y entrena para competir asiduamente trabajando por lograr unas metas deportivas. Intento hacer comprender a la persona que se pone bajo mi mando que son muchos los condicionantes, horas de trabajo y mucho sacrificio para lograr llegar en un tiempo récord a una fecha límite que suele ser de unos 3 ó 4 meses".
Pese a las numerosas críticas hacia este tipo de eventos, deportes como el boxeo han notado un crecimiento exponencial en el número de practicantes, ya que muchos de estos jóvenes (y no tan jóvenes) son seguidores de sus nuevas estrellas. De ahí que los aficionados quieran imitar a sus influencers de referencia, también en la actividad deportiva. Quizá no sean los canales más convencionales, pero muchos de ellos resultan incluso más efectivos.
"Bajo ningún concepto a este tipo de eventos los denomino veladas de frikis. Los espectáculos que se están fomentando son realmente de una calidad y con un montaje que superan a todo lo que hasta el momento se había realizado, no sólo en España sino a nivel mundial. Nunca se había visto nada similar hasta el momento. Es cierto que en el mundillo de los creadores de contenido y streamers hay cierto frikismo, pero a la hora de plantear y desarrollar un evento esa parafernalia desaparece y se deja ver una faceta muy profesional que mueve millones de euros. Hay unos equipo corporativos de profesionales impresionantes dignos de la mejor multinacional. Esto no deja de ser un show con millones de adeptos y seguidores a nivel mundial, superando incluso en visualizaciones e inversión a los mejores eventos de Estados Unidos y Asia", dice Pablo Martínez al respecto.
Sin duda este tipo de veladas y sus participantes han llegado para quedarse y en una posición muy bien anclada, con más de 70.000 asistentes al Civitas Metropolitano en la última velada, y cerca de seis millones de audiencia en Youtube. Unas cifras que dejan a las claras que, detrás del aparente faranduleo y supuesto frikismo de las redes sociales, se esconden "verdaderas máquinas de hacer dinero": se ofrece un personaje y un papel que no es el real, todo ello bajo la batuta de auténticos profesionales y empresarios especializados en comercio, marketing y creación de industria.