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Tyson Fury se lleva un polémico combate ante Ngannou con decisión dividida

Tyson Fury gana a Ngannou por decisión dividida de los jueces en la velada celebrada en Riad ante varios espectadores de lujo.

Tyson Fury gana a Ngannou por decisión dividida de los jueces en la velada celebrada en Riad ante varios espectadores de lujo.
Momento de la pelea entre Tyson Fury y Francis Ngannou en Riad. | EFE

Tyson Fury, campeón del mundo de los pesos pesados conocido como el Rey Gitano, ha vencido al excampeón camerunés de la UFC Francis Ngannou, el Depredador, en el Boulevard Hall de Riad (Arabia Saudí).

Maravilló al mundo el africano. Puso en apuros a Fury, uno de los mejores libras por libra del planeta, e incluso lo mandó a la lona en el tercer asalto. Desde el primer momento, Ngannou dejó claro que ni había venido de vacaciones a Arabia Saudí ni se iba a conformar sólo con coger su cheque, además de un reloj valorado en 134.000 dólares que le regaló Cristiano Ronalo.

Nada tuvo que ver con el Mayweather-McGregor de años atrás o las recientes peleas de otros luchadores de MMA con creadores de contenido. El niño camerunés soñaba con ser Mike Tyson mientras trabajaba en una mina y estaba ante la oportunidad de su vida. No la quiso desaprovechar y estuvo cerca de dar la campana.

Ngannou, que debutaba en el boxeo profesional, salió a meter presión y a adueñarse del centro del encordado. Fury, con la plasticidad que le caracteriza, mantenía a raya al camerunés con la mano adelantada. Tiraba, fintaba y lanzaba la mano por fuera de su guardia. Fue más arriesgado el excampeón de la UFC a partir del segundo asalto. Cerraba la distancia con celeridad y aterrizaba buenos golpes en la línea de flotación de Fury. Parecían ir desvaneciéndose los complejos de Ngannou. No sería hasta el tercero cuando pondría en pie al Boulevard Hall de Riad.

Fury lanzaba la derecha a corta distancia y Ngannou respondía con un crochet seco a la sién del británico. Séptima vez que la espalda del campeón tocaba la lona en sus 34 peleas como profesional. Esto no era ni una exhibición ni una suerte de pelea circense para el camerunés. El Rey Gitano aceptó entrar al intercambio de pólvora. Iba en serio el camerunés, estaba en problemas. Movilidad, desplazamientos sobre puntas y volumen de golpe. El ABC del británico. Escudándose en la finta con la izquierda, iniciaba, basculaba y volvía a percutir. Siempre con más velocidad que su rival pero asumiendo muchos riesgos.

Las manos de Ngannou pesan. Ahora o nunca, debió pensar el africano. Asumía más golpes pero a falta de dos asaltos tenía que apretar. Sabedor de su potencia de fuego —sus 11 KO en 17 peleas de MMA así lo atestiguan— debía entrar al tiroteo. Incluso se atrevió a cambiar a guardia zurda.

Ngannou dio la cara y puso en aprietos a Fury, pero no sumó los puntos suficientes a ojos de los jueces. Decisión dividida que cae del lado del británico. El camerunés sorprendió, y mucho, ante uno de los mejores libra por libra a base de poder y tenacidad. Defendió con dignidad el nombre de las MMA como ningún otro compañero suyo que flirteó con el boxeo pudo hacer.

Figuras del deporte como Cristiano Ronaldo, Rio Ferdinand, Mikey Tyson, Evander Holyfield, Roberto Durán o Conor McGregor no se quisieron perder esta singular velada en vivo y en directo y se dejaron ver por el Boulevard Hall de Riad para ver este gran duelo entre El Rey Gitano y el Depredador.

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