El pasado 8 de abril se cumplió un año de la última pelea de Kiko La Sensación Martínez —saldada con derrota ante el japonés Reiya Abe en Tokio—. Ese mismo día salió a la luz Hasta que silben las balas (Editorial Letrame, 134 páginas), el libro escrito por el periodista Álvaro Carrera —especialista en boxeo y otros deportes de contacto del diario Relevo— que cuenta la carrera deportiva de uno de los mejores púgiles de la historia de España, desde su ascensión a los cielos hasta la caída a los infiernos —pasando por el día que conoció al polémico doctor Eufemiano Fuentes—, así como su faceta más personal.
Kiko, cuatro veces campeón del mundo (en las categorías de pluma y supergallo) y seis de Europa (pluma y supergallo), es junto a Javier Castillejo el único español que ha ganado un Mundial en dos divisiones diferentes. Toda una leyenda del deporte español que habla claro, desde lo más profundo de su corazón, en una entrevista a Libertad Digital que tuvo lugar en Púgil Store, una conocida tienda de ropa, en pleno corazón de Madrid (Barrio de Salamanca), muy ligada al deporte de las doce cuerdas.
El ilicitano, que ahora tiene 38 años, colgó los guantes el pasado 20 de agosto, sin hacer ruido y con un récord profesional envidiable (44 victorias —31 por KO—, 12 derrotas y dos empates). "El esfuerzo no se negocia", es una de las máximas de este púgil alicantino —realmente nació en la localidad granadina de Caniles, pero con pocos meses de vida se trasladó junto a su familia a Elche—, que debutó como profesional en 2004, con 18 años, y menos de dos años después se proclamó campeón de Europa en su tierra. "Ni se llega tarde a entrenar ni se va pronto del entrenamiento", destaca.
El irlandés Bernard Dunne, el armenio Arsen Martirosyan, el colombiano Jhonathan Romero o el británico Kid Gallahad son algunos de los rivales antes los que La Sensación logró las victorias más importantes de una carrera llena de "subidas y bajadas". En el otro lado de la balanza, Kiko chocó contra tres británicos como Carl Frampton, Josh Warrington o Scott Quigg, o también el estadounidense Gary Russell Junior.
Pero quizá su derrota más sonada la vivió fuera del ring y fue la de sus escarceos con la noche, cuando salía de discotecas y coquetaba con sustancias estupefacientes, lo que a punto estuvo de costarle su carrera. Afortunadamente para él, ahí salió al rescate su mujer, Almudena, sin duda el mejor apoyo que ha podido tener junto a sus dos hijas.
Sin olvidar aquel 3 de mayo de 2006, cuando Kiko Martínez quedó con el polémico doctor Eufemiano Fuentes, el médico de la Operación Puerto que se encargó de dopar a deportistas españoles de distintas disciplinas, "para tomar un café". "Me crucificaron por el simple hecho de quedar a tomar un café con una persona, no hicimos nada del otro mundo", denuncia el púgil alicantino, que luego encontró también su tabla de salvación en el gimnasio Maravillabox del argentino Sergio Maravilla Martínez. "Fue el plan de Dios para luego ser mejor", añade.
De todo ello, y de su lado más personal, habla Kiko Martínez en la entrevista a LD en la que también ha participado el autor del libro Hasta que silben las balas, Álvaro Carrera, que han querido explicar el porqué de este título, además de desvelar muchas cosas, que hasta ahora no habían salido a la luz, de un boxeador de leyenda. De uno de los mejores deportistas de la historia de España. No sólo a nivel pugilístico, sino de cualquier disciplina.