L D (EFE) En 2002, los tres terminaron en el top-ten. Este año, pese a que el único en bajar del par ha sido por el momento Olazábal -con 71 golpes-, todavía puede sobrevenir la remontada. Para el tramo final, el tejano Campbell, de 31 años, vigésimo del mundo y sexto en ganancias del Tour norteamericano, lidera el torneo con tres golpes de ventaja sobre el fiyiano Vijay Singh y los estadounidenses Rocco Mediate y Fred Couples. En un tercer peldaño, a cuatro de la cabeza, se instalaron Mickelson, Els y Clarke, entre otros, mientras que Tiger Woods logró rematar la jornada para colocarse bajo par.
Campbell sabe que tiene una oportunidad de oro, pues sólo los grandes jugadores pujarán el domingo por la Chaqueta Verde, o al menos ese era el objetivo de los rectores del Augusta National al acometer las nuevas reformas en el recorrido. Las amables condiciones meteorológicas de la segunda jornada, las aceptables posiciones de bandera y la receptividad de los 'greens' facilitaron el protagonismo a buenos jugadores como Campbell (hoy 67 golpes) o Mediate, y para los veteranos como Couples (46 años y una Chaqueta Verde en 1992) y Ben Crenshaw, de 54 años y con uno abajo como Tiger Woods.
Para el sábado la organización se reserva dos cartas bajo la manga: rasurar los 'greens' y dificultar las banderas. "Igual se ensañan un poco para ver lo que ocurre. Margen tienen todo el que quieran", comentó Olazábal sobre esta posibilidad. Pues si se dan esas supuestas condiciones para el fin de semana, desde ahí tendrá que producirse la remontada de los tres españoles. Olazábal compensó los 76 golpes del inicio con una excelente ronda de golf (71), empañada por la ansiedad del inicio ("bogey" en el primer hoyo) y la impaciencia del final (dos "bogeys" en los últimos tres hoyos).
"He jugado agresivo. A partir de este momento tendré que jugar muy bien. Si consigo dos vueltas extraordinarias no sé si ganaré, pero la sensación de la semana cambiaría", dijo Olazábal. Sergio García, que sigue sin ganarle este año al campo (72+74), pareció en cambio tirar la toalla antes de tiempo: "Si mañana hago un 68, pues perfecto. Y si hago 78, pues también perfecto. No estoy el cien por cien y así no se puede ganar este torneo".
Jiménez fue el más optimista: "Si mantengo las sensaciones y tengo al Santo de mi lado, ¿por qué no darles alcance a los de arriba? A Campbell le toca a partir de ahora soportar sobre sus hombros la enorme presión del liderazgo, al mismo tiempo que notará el aliento en el cogote de las estrellas del golf mundial que a partir del sábado intensificarán el ritmo de sus pedaladas en un Augusta que se presume enseñará al completo sus garras.
Campbell sabe que tiene una oportunidad de oro, pues sólo los grandes jugadores pujarán el domingo por la Chaqueta Verde, o al menos ese era el objetivo de los rectores del Augusta National al acometer las nuevas reformas en el recorrido. Las amables condiciones meteorológicas de la segunda jornada, las aceptables posiciones de bandera y la receptividad de los 'greens' facilitaron el protagonismo a buenos jugadores como Campbell (hoy 67 golpes) o Mediate, y para los veteranos como Couples (46 años y una Chaqueta Verde en 1992) y Ben Crenshaw, de 54 años y con uno abajo como Tiger Woods.
Para el sábado la organización se reserva dos cartas bajo la manga: rasurar los 'greens' y dificultar las banderas. "Igual se ensañan un poco para ver lo que ocurre. Margen tienen todo el que quieran", comentó Olazábal sobre esta posibilidad. Pues si se dan esas supuestas condiciones para el fin de semana, desde ahí tendrá que producirse la remontada de los tres españoles. Olazábal compensó los 76 golpes del inicio con una excelente ronda de golf (71), empañada por la ansiedad del inicio ("bogey" en el primer hoyo) y la impaciencia del final (dos "bogeys" en los últimos tres hoyos).
"He jugado agresivo. A partir de este momento tendré que jugar muy bien. Si consigo dos vueltas extraordinarias no sé si ganaré, pero la sensación de la semana cambiaría", dijo Olazábal. Sergio García, que sigue sin ganarle este año al campo (72+74), pareció en cambio tirar la toalla antes de tiempo: "Si mañana hago un 68, pues perfecto. Y si hago 78, pues también perfecto. No estoy el cien por cien y así no se puede ganar este torneo".
Jiménez fue el más optimista: "Si mantengo las sensaciones y tengo al Santo de mi lado, ¿por qué no darles alcance a los de arriba? A Campbell le toca a partir de ahora soportar sobre sus hombros la enorme presión del liderazgo, al mismo tiempo que notará el aliento en el cogote de las estrellas del golf mundial que a partir del sábado intensificarán el ritmo de sus pedaladas en un Augusta que se presume enseñará al completo sus garras.