Cristiano, siempre él. No podía ser de otra manera. Si no fuera por el portugués, tal vez otro gallo le hubiera cantado al Real Madrid ante una Juventus muy seria, con el oficio que la caracteriza, especialmente en la primera mitad. El equipo de Carlo Ancelotti había dado señales de mejoría el pasado sábado ante el Málaga, pero parece que ante los italianos ha vuelto a las andadas, con el clásico del Camp Nou a la vuelta de la esquina.
Tuvo que ser Ronaldo, una vez más, quien salvara los muebles, primero, con el partido en los albores, al beneficiarse de una genialidad de Di María, y luego al convertir un penalti de Chiellini por un absurdo y claro agarrón a Sergio Ramos dentro del área. Entre medias anotaba Fernando Llorente, que ya sabía lo que era marcar en el Bernabéu con la camiseta del Athletic. Los blancos vieron la luz tras el paso por vestuarios con la expulsión de Chiellini con roja directa por un manotazo en el rostro a Cristiano. Pero lo cierto es que no supieron cerrar el partido y acabaron jugando con fuego ante una Vecchia Signora que, en más de una ocasión, amenazó la portería de Casillas.
Guardando algunas piezas para la cita del sábado ante el Barça -como Isco, Carvajal y Varane, presumibles titulares en el Camp Nou-, Ancelotti apostó por el trivote Illarra-Khedira-Modric ante una Juventus que acudía a Madrid con varias bajas notables, como las de Lichtsteiner, Quagliarella y Vucinic, pero con un plantel importante.
El primero que avisó en la fresca noche madrileña fue Marchisio, con un disparo lejano al que respondió bien Casillas, y enseguida llegó el tanto de Ronaldo. Di María protagonizó uno de sus habituales eslálones y metió un gran balón en profundidad al 7 blanco, que recortó a Buffon en su salida y marcó sin oposición. La Juve, un grande del fútbol mundial que, después de unas temporadas aciagas, trata de recuperar el lugar que le corresponde, no tardó en levantarse de la lona y poco a poco empezó a llevar zozobra sobre el marco local, con peligrosas acciones del Apache Tévez.
Quien hasta entonces no había rascado bola fue Llorente. Pero en la primera que tuvo, marcó. Pogba remató de cabeza en el segundo palo, desvió Casillas como pudo, en la misma raya de gol, y la pelota quedó muerta en la frontal del área pequeña para que el riojano la remachara a la red. Se vino arriba el campeón italiano, buscando las cosquillas a un Madrid un tanto desnortado, pero lo que acabaría llegando pocos minutos después fue el 2-1 gracias al regalo de Chiellini. El internacional azzurro cometió un claro y absurdo agarrón sobre Ramos dentro del área, y el árbitro no dudó en dirigirse al punto de penalti. Desde ahí, Cristiano volvió a mostrarse infalible, batiendo nuevamente a Buffon y consiguiendo su séptimo tanto en esta Champions en sólo tres partidos. Una barbaridad para cualquier mortal.
De nuevo el Madrid por delante, sin apenas despeinarse. Al igual que después del 1-0, la Juve se rehízo, aunque, pese a tener el balón en su poder, en los últimos minutos de la primera parte se dedicó a dar más patadas que a crear juego. Y en esas lides destacó Arturo Vidal, un jugador tan bueno y sólido como duro. Estopa por doquier la que repartió el chileno durante los 90 minutos.
Mejor no le pudo sentar a los blancos el paso por vestuarios porque, nada más reanudarse el encuentro, Chiellini dio un manotazo a Cristiano en el rostro en la lucha por un balón y el árbitro entendió que fue una agresión, por lo que le mostró la roja directa y dejaba a su equipo con diez con toda la segunda parte por delante.
Antonio Conte tuvo que recomponer el equipo quitando del campo a Llorente, que se llevó una cerrada ovación del Bernabéu. Como también el exquisito Andrea Pirlo, quien apenas dejó algunas gotas de su calidad en Madrid. Todo lo contrario le ocurrió a Benzema, despedido en medio de una sonora pitada. El francés volvió a trabajar a destajo, abriendo el campo con sus desmarques y asociándose arriba con Cristiano y Di María, pero la parroquia blanca no le perdonó lo negado que estuvo de cara al marco rival. Porque la ocasión que tuvo a la hora de partido fue de juzgado de guardia. Solo en boca de gol, tras el centro raso de Arbeloa desde la derecha y con Buffon ya superado, el galo mandó la pelota a las nubes cuando lo más fácil hubiera sido marcar el tanto que hubiera supuesto el 3-1 en el luminoso.
Pese a jugar con diez, Conte no renunció a nada y metió en el campo al habilidoso Giovinco, lo que dio un soplo de aire fresco a la Vecchia Signora. El Madrid daba facilidades por el centro del campo -Illarramendi y Modric empezaron como un auténtico tiro, pero acabaron pagando el cansancio- y el menudo delantero italiano llevaba zozobra sobre el marco de Iker en un par de ocasiones. También los blancos gozaron de una nueva oportunidad clara, aunque Khedira no logró superar por alto a Buffon -zorro viejo- en su media salida.
Los últimos minutos sirvieron para ver a Isco y Morata, que dieron mayor presencia ofensiva al equipo. El canterano probó fortuna en más de una oportunidad, pero sin puntería. Al final el Madrid acabó jugando con fuego, pero hizo los deberes y pone el pase a octavos a tiro de piedra. A punto estuvo, eso sí, de pagarlo ante una Juventus que, por contra, queda descolgada, pierde la segunda plaza -el Galatasaray ganó al Copenhague en el otro partido del grupo- y se complica seriamente su presencia en la ronda de los dieciséis mejores.
Ficha técnica
Real Madrid, 2: Casillas; Arbeloa, Pepe, Sergio Ramos, Marcelo; Illarramendi (Isco, m.70), Khedira, Modric; Di María (Morata, m.78), Cristiano Ronaldo; y Benzema (Bale, m.67)
Juventus, 1: Buffon; Cáceres, Barzagli, Chiellini, Ogbonna (Giovinco, m.73); Vidal, Pirlo (Asamoah, m.59), Pogba, Marchisio; Tévez y Llorente (Bonucci, m.49)
Goles: 1-0, m.4: Cristiano Ronaldo; 1-1, m.21: Llorente; 2-1, m.29: Cristiano, de penalti
Árbitro: Manuel Gräfe (Alemania). Expulsó con roja directa a Chiellini (m.48). Además, mostró cartulina amarilla a Illarramendi (m.19), del Real Madrid; y a Vidal (m.28) y Cáceres (m.78), de la Juventus
Incidencias: Partido correspondiente a la tercera jornada del grupo B de la Liga de Campeones disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante cerca de 80.000 espectadores