Nueve minutos duró Diego Costa sobre el césped del Estadio da Luz de Lisboa. Intentó enlazar dos carreras ante los defensas del Real Madrid cuando se dio cuenta de que la final de la Liga de Campeones se había acabado para él. Volvió a resentirse de los problemas en el bíceps femoral que le habían impedido entrenar durante toda la semana y abandonó el partido más importante de su carrera y del Atlético de Madrid.
La ilusión del misterioso tratamiento con placenta de yegua de la doctora Marijana Kovacevic se apagó en los primeros instantes de la final. Costa llegaba tras un mes arrastrando unos problemas físicos, que ponen en peligro su participación en el Mundial de Brasil con la selección española este verano.
Todo comenzó en el mes de abril cuando el delantero sufrió el primer problema muscular en la ida de los cuartos de final de la Champions ante el Barcelona. Costa estuvo que ser sustituiodo y no llegó a la vuelta, una semana después, en el Vicente Calderón. El esfuerzo y el trabajo del cuerpo médico del Atlético permitió su regreso al equipo tras la eliminatoria europea.
Sin embargo, la mala suerte volvió a cruzarse en el camino del ariete rojiblanco. El Atlético se impuso al Getafe (0-2) con el susto del tremendo choque de Diego Costa contra el poste de la portería del Coliseum Alfonso Pérez al marcar un gol. Una tremenda brecha en la tibia hizo temerse lo peor, aunque todo quedó en el susto y pudo participar en la siguiente jornada.
Problema recurrente
Lo que no parecía curado es su problema en el bíceps femoral porque Costa volvió a perderse un duelo decisivo por el título de Liga. El Atlético se jugaba el primer cartucho para ganar el campeonato ante el Málaga en casa y Simeone no pudo contar con su mejor delantero, otra vez aquejado de problemas musculares.
La insistencia de Diego Costa por estar listo para el técnico le volvió a jugar una mala pasada una semana después. El descanso de esa semana y el trabajo con los fisioterapeutas no fue suficienta para curara una lesión recurrente. Costa salió como titular ante el Barcelona en la última jornada y, esta vez, disputó 13 minutos antes de marcharse a los vestuarios. La pierna de Diego Costa ha dicho basta y reclama un descanso antes de poder pensar en jugar su primer mundial, tras la mejor temporada de su vida con 36 goles entre todas las competiciones.