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Champions League

Oporto y Mónaco, de nuevo entre los grandes

Ambos equipos recuerdan la inédita final que disputaron en 2004. Desde aquel año los portugueses sólo estuvieron una vez en cuartos y los galos nunca.

Ambos equipos recuerdan la inédita final que disputaron en 2004. Desde aquel año los portugueses sólo estuvieron una vez en cuartos y los galos nunca.
Oporto y Mónaco. | Cordon Press

El 26 de mayo de 2004, en el Arena Schalke de Gelsenkirchen, dos invitados sorpresa aceptaban la propuesta que el fútbol les había ofrecido. Ni más ni menos que una final de Champions. Oporto y Mónaco saltaban al césped para jugarse el trono europeo. Ni Manchester United, ni Arsenal, ni Juve, ni Real Madrid, ni Chelsea, ni Milán. Todos habían quedado atrás. A escena estos dos contendientes que no esperaban estar en el escenario de cara al público, en la función final.

Muchos pensaron que esa sería la única ocasión que ambos vivieran una final así. Es muy probable que así sea, que nunca vuelvan a llegar al último partido. O sí, pero tendrán que pasar unos años. También pensaron muchos que no se les volvería a ver por las últimas rondas de la Champions. El Oporto sólo una vez más en esta fase de cuartos, en 2009 tras eliminar al Atlético y quedando fuera ante el Manchester. El Mónaco nunca más.

Pero once años después los dos llegan a la antepenúltima ronda de la Liga de Campeones y puede (eso dicen los pronósticos) que queden fuera pronto. Pero han vuelto a hacer ver a los aficionados que esa final fue algo insólito en el fútbol. Se han rehecho de los malos tiempos. Los portugueses vendiendo y vendiendo a las estrellas, con título de UEFA en 2011 incluido. Los franceses pasando por segunda división por los acuciantes problemas económicos.

Aquella final de 2004 enfrentó al Oporto de Mourinho y al Mónaco de Deschamps. Entrenadores que empezaban por entonces. Los dos en la élite de alguna manera, una década después. El portugués con dos Champions desde entonces, el francés actual seleccionador bleu. De aquel partido nos acordamos de lo mortífero que era aquel Oporto. Deco, Derlei, Carlos Alberto en ataque. El trivote formado por Pedro Mendes, Costinha y Maniche (estos dos últimos en el Atlético años después). Nos acordamos del Mónaco con Prso, Rothen, Morientes y Giuly, con Frank Rijkaard en la grada tomando apuntes y convenciendo a Sandro Rosell definitivamente que aquel menudo jugador tenía que venir al Barcelona ese verano.

Fue una final que se acabó con el primer gol portugués. Al Mónaco se le hizo tremenda la sensación de ir por detrás en el marcador. Dominando el partido claramente, una contra portuguesa puso en ventaja a los de Mourinho. Ese juego que tanto gusta a Mou y que ha hecho su seña de identidad el resto de su carrera.

La final se acabó muy pronto pero las rondas previas nos dejaron sensaciones buenas en estos equipos. El Mónaco que eliminó al Madrid de Queiroz en aquella eliminatoria épica, el 8-3 que endosó en el Luis II, en la primera fase, el grupo de Deschamps a un Deportivo de la Coruña que luego se levantaría y llegaría a semifinales de la competición. Una semifinal que, precisamente, perdieron ante el Oporto en aquella maldita eliminatoria. El buen trabajo táctico de Mourinho, el saber controlar los nervios, aquella expulsión de Andrade, aquel penalti en la vuelta…

Los portugueses se enfrentarán al Bayern de Múnich en cuartos y el Mónaco lo hará ante la Juventus. Son víctimas teóricas aunque en esto del fútbol nunca se sabe. No vaya a ser que suceda lo de 2004, que nadie contaba con ellos y que den la sorpresa. Es tan complicado que ni se contempla, pero ¿y si el fútbol les vuelve a dar la oportunidad?

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