El Chelsea tomó el relevó al Barcelona como el mejor equipo juvenil del continente, tras proclamarse hoy vencedor de la Liga de Campeones de la categoría al imponerse por 2-3 al Shakhtar Donetsk ucraniano en la final disputada en la localidad suiza de Nyon.
Un triunfo en el que jugó un papel fundamental el centrocampista Isaiah Brown, autor de dos de los tres goles del conjunto londinense, que se alzó con el título tras ceder tan sólo una derrota en toda la competición.
Dos tantos, en los que Brown, integrante de la selección inglesa que se proclamó el pasado año campeona de Europa sub 17, evidenció tanto su capacidad de llegada, tras irrumpir con potencia en el área rival para firmar a los 7 minutos el 0-1, como precisión, con el sutil zurdazo que le permitió firmar en el 55 el definitivo 1-3.
Tampoco faltó a su cita con el gol en la final, el atacante Dominic Solanke, máximo realizador del torneo con un total de doce dianas, una más de las que el año pasado coronaron al barcelonista Munir El Haddadi como el máximo artillero, tras firmar a los dos minutos de la reanudación el 1-2 para el Chelsea. El atacante de Reading incluso ya ha debutado con el primer equipo en la Liga de Campeones.
Este tanto acabó con cualquier opción de victoria del Shakhtar Donetsk, que soñó con dar la sorpresa, tras igualar momentáneamente la contienda (1-1) a los 37 minutos, gracias a un gol en propia meta del central danés Andreas Christensen, cuando intentaba despejar un centro desde la derecha de Denys Arendaruk.
De hecho, en la segunda parte el Chelsea dispuso de dos claras ocasiones en las botas de Solanke, máximo goleador del pasado Europeo sub 17, para ampliar un marcador que no se volvió a mover hasta el tiempo de prolongación, cuando el ucraniano Viktor Kovalenko firmó, ya sin tiempo para nada más, el definitivo 2-3