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Champions League

El Madrid intenta rehabilitarse ante el Shakhtar, el equipo marcado por la guerra

Los de Benítez se ven las cara con un conjunto ucraniano que juega en un estadio a 1000 kilómetros de su propia casa.

El Shakhtar Donetsk es, actualmente, el equipo más fuerte del fútbol ucraniano. Campeón de liga en cinco de las últimas seis temporadas, posee el mayor presupuesto, es propiedad del magnate Rinat Ajmetov que tiene el dinero por castigo, y cuenta con una importante colonia de jugadores brasileños, concretamente ocho.

En el banquillo están dirigidos por el veterano coronel rumano Micea Lucescu, que acumula 11 temporadas al frente del Shakhtar. Ha ganado 8 Ligas, 5 Copas, 6 Supercopas de Ucrania y una Copa de la UEFA y llegó a clasificar al Shakhtar para cuartos de Champions. Lucesco tiene un don. Es un mago a la hora de pulir jóvenes talentos. No en vano fue el mentor de un tal Andrea Pirlo. Su filosofía se apoya en cinco pilares: educación, actitud, disciplina, poder de elección y preparación.

Sentirse visitante cuando ejerces como local

El problema del equipo ucraniano es que hace tiempo que su propia grada ya no ruge con sus goles, porque está condenado a jugar siempre en territorio ajeno. Su estadio, el Donbass Arena, es ahora depósito para la distribución de ayuda humanitaria. El estadio de Donetsk está considerado por la UEFA uno de los estadios más modernos y mejor preparados de Europa. Con capacidad para 51.000 espectadores y una espectacular fachada que combina cristal y acero, fue una de las principales sedes de la Eurocopa que organizaron Polonia y Ucrania en 2012. Tras ser objeto de proyectiles y disparos, ha dejado de acoger aficionados.

Donetsk es el núcleo central de las fuerzas armadas prorrusas en la guerra que divide el sudeste de Ucrania, Por ello, el club tuvo que trasladar su sede a 700 kilómetros de Donetsk, El Hotel Ópera, frente a la Ópera de Kiev, es el cuartel general del Shakhtar en el exilio. Allí están las oficinas del club, realizan las sesiones de entrenamiento y es donde viven los jugadores. Pero no es el lugar donde disputan los partidos en los que ejercen como locales. La UEFA solo admitía como sedes ucranias a Lviv y Kiev, por ello el Shakhtar alquiló el estadio de Lviv, a 500 kilómetros al oeste de Kiev, en la frontera con Polonia. Allí, ha pasado de jugar como local, a simplemente figurar como tal. Lejos de casa, el rumor de las bombas es sólo un recuerdo, aunque ahora la celebración de los goles tiene el silenciador puesto.

La afición de Lviv no comulga con el conjunto de Donetsk. Todo lo contrario. Varios jugadores del equipo se quejaron de que los aficionados que acuden al estadio animan al equipo rival. Yaroslav Rakitskiy, defensa, pidió cambiar la sede temporal del club. "¡No quiero jugar más en Lviv! Es simplemente imposible cuando todo el estadio está en nuestra contra. En el partido frente al Dinamo el público ya nos abucheó y apoyó al rival, hoy lo mismo. Hay que irse de aquí".

Esta temporada han sufrido tres bajas muy importantes: Luiz Adriano, el delantero referencia, se marchó al Milan, Douglas Costa, la bala que ponía el desequilibrio en el uno contra uno, es el fichaje estrella del Bayern Múnich y Fernando, el que daba empaque al centro de operaciones, puso rumbo al Calcio para jugar en la Sampdoria.

Los fichajes no han sido, ni mucho menos, ilusionantes. Sin gastarse un sólo euro, el delantero brasileño ex del Arsenal Eduardo, es el único que es titular habitual, en un equipo que mantiene el grueso del plantel del año pasado.

La guerra, además de afectar en el terreno deportivo, ha hecho mella en el apartado económico. Antes del conflicto armado, el conjunto ucraniano contaba con una media de 42.000 espectadores por partido cuando jugaba en Donetsk. Récord en Europa Oriental. Desde que empezó el conflicto pierde 20 millones de euros anuales en venta de entradas, patrocinadores y marketing.

Con la Juve a cuatro puntos, el objetivo del Shakhtar es amarrar la tercer plaza que le dé derecho a jugar las eliminatorias finales de la Europa League. De cara al partido de esta noche, Lucescu no podrá contar con dos piezas clave en defensa: el lateral croata Srna y el central Kucher, ambos sancionados.

El Madrid, a lamerse sus heridas

El conjunto de Rafa Benítez intenta pasar página tras la debacle del pasado sábado. Florentino dejó claro que no piensa aceptar el pulso de los jugadores y ratificó al actual entrenador merengue en la rueda de prensa del pasado lunes. En pleno mes de noviembre, al vestuario blanco no le queda otra que ponerse a jugar. Quieran o no.

Benítez hará cambios obligados y busca revulsivos. En defensa cuenta con las bajas del ¿capitán? Sergio Ramos, que ha tenido que parar buscando recuperarse definitivamente de su dañado hombro izquierdo, y el brasileño Marcelo, que ha recaído de su lesión muscular.

Sus puestos en el once los ocuparán Pepe, en el centro de la defensa, y Nacho en el lateral izquierdo. Mientras que Dani Carvajal mandará al banquillo a Danilo, uno de los jugadores señalados por la afición tras dejar una auténtica autopista por su banda a los rivales de turno en los últimos partidos.

Todo apunta a que las novedades en el centro del campo serán dos jugadores que fueron suplentes en el clásico: Casemiro, apercibido de sanción, e Isco Alarcón. La vuelta, recién recuperados de sus lesiones, de James y de Karim Benzema, apunta a que serán los sacrificados.

El Madrid, con el pase a octavos ya en el bolsillo, busca un triunfo que le de matemáticamente el primer puesto. El conjunto merengue no pierde un encuentro a domicilio en la fase de grupos desde el 24 de octubre de 2012. El Borussia Dortmund fue el último que consiguió vencerle (2-1).

Alineaciones probables:

Shakhtar: Pyatov; Azevedo, Kobin o Stepanenko, Rakitski, Ismaily; Fred, Deitinho o Stepanenko, Taison, Marlos; Gladki y Teixeira.

Real Madrid: Keylor Navas; Carvajal, Varane, Pepe, Nacho; Casemiro, Kroos, Modric; Isco, Bale y Cristiano Ronaldo.

Árbitro: Bas Nijhuis (NED).

Estadio: Arena de Lviv.

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