Hay mucha diferencia entre el Atlético de Madrid de hoy en día y el de hace unas semanas. El equipo está muy cómodo con el 4-3-3. Los laterales tienen más recorrido, el centro tiene más equilibrio con la brújula de Koke, la presión de Gabi y la capacidad recuperadora de un Tiago eternamente joven y el equipo mejora "partido a partido". Griezmann y Carrasco desbordan y sólo falta un ‘9’ que marque goles. Poco a poco, Simeone va dando con la tecla, pero quiere a su delantero referencia y aún no lo ve.
Mientras el Cholo busca su nuevo matador, el Atlético ya está en octavos de final y buscará la primera plaza en Da Luz ante el Benfica.
Ataque desde el inicio
La consigna del cuerpo técnico era clara: "Hay que atacar y mandar en el partido desde el inicio". Con esa mentalidad saltó el Atlético al campo y nada más comenzar se vio a un equipo atrevido, con ganas de sacar tajada de un rival que vaga por el desierto en su liga y en Europa.
La primera parte fue rojiblanca, como todo el choque, pero antes del 1-0 de Griezmann, una oportunidad clarísima de Sneijder pudo cambiar mucho el guión del encuentro. El disparo rozando el palo del holandés silenció el Calderón y un cabezazo inapelable de Griezmann poco tiempo después lo levantó. Así llegó el primer gol rojiblanco en el 13’, a la primera que tuvo el francés. Todo lo contrario pasó en Sevilla. Tuvo varias el galo y no entró ninguna. En casa, primer tiro, primer gol. Cuando uno tiene el día…
El resto de la primera parte sirvió para ver a un Galatasaray perdido y sin capacidad de dar la sorpresa. El Atlético estuvo cómodo y a falta de ver todavía la mejor versión de hombres como Carrasco y sobre todo Fernando Torres, Simeone se marchó satisfecho al túnel de vestuarios.
Conexión Gabi-Griezmann
Dos jugadores destacaron por encima del resto en el Calderón con una combinación simple: uno daba el pase y el otro marcaba. Gabi fue el perfecto socio de Antoine Griezmann durante el tiempo que coincidieron en el campo y los dos goles nacieron de sus asociaciones.
El capitán ha vuelto a ser el que deslumbró en 2014 y para Simeone cambiarle ya no es una opción, como si lo fue el año pasado. En el primer acto, pase de Gabi y cabezazo de gol de Griezmann. En el segundo, regate y pase del ‘14’ y remate a placer del ‘7’. Los octavos estaban cerrados.
Simeone vio el marcador con 2-0 y tuvo claro que el choque estaba más que sentenciado. Primero por el resultado y luego por el nivel del rival. Del Galatasaray al menos se decía que tocaba bien la pelota, pero en el Calderón ni eso. Al Atlético no le importó lo más mínimo porque entendió que era un día para ganar, aumentar el nivel de optimismo y, por si acaso, reservar efectivos. Carrasco fue el único que se fue tocado del choque porque Tiago y Griezmann lo hicieron por descanso. Tres ovaciones como tres soles para ellos. Desborde, mando y gol, no era para menos.
Óliver Torres, Saúl y Vietto entraron al campo intentando dar un plus más al equipo. Los tres están pasando desapercibidos esta temporada y ante el Galatasaray poco pudieron brillar. Casi toda la segunda parte, a excepción del gol de Griezmann y alguna acción de Koke y Yannick, fue un intento de todo el equipo porque un hombre, Fernando Torres, marcase gol. Se nota que el equipo quiere un ‘9’, Jackson o Torres, pero uno.
Finalizado el encuentro y con los octavos en el bolsillo, el Atlético de Madrid suma tres victorias consecutivas. La tecla correcta parece estar muy cerca de la que presiona ahora mismo Simeone. Si logra encontrar a su delantero referencia, el Atlético es candidato a todo.