Por fin ha podido superar el Barcelona el muro de cuartos de final de la Champions, después de tres ediciones consecutivas estrellándose en esa ronda. Y lo ha hecho al golear (3-0) a un flojo Manchester United, que sólo compareció en el Camp Nou durante los diez primeros minutos de partido. Los ingleses llevaron peligro en ese período, pero a partir de entonces se mostraron siempre a merced de los azulgranas, que este año van en serio a por el triplete: con la Liga en el bolsillo y clasificados para la final de Copa del Rey —ante el Valencia—, de momento ya están en semifinales de la máxima competición europea.
Messi apareció en cuatro minutos mágicos, los que fueron del 15 al 19, marcando dos goles, el segundo de ellos con la inestimable colaboración de David de Gea, y luego Coutinho, titular esta noche en lugar de Dembélé, se sumó a la fiesta en la segunda parte para cerrar el partido, y a la postre la eliminatoria, con un gran gol.
En una noche grande en el Camp Nou, con la mejor entrada de la temporada (96.708 espectadores), el Barça pasó por encima del United en otra demostración de fuerza de Messi, que ya es el máximo goleador en solitario de la Champions (10). El argentino, dosificado por Ernesto Valverde más de la cuenta en la Liga, llega de la mejor manera al momento clave de la temporada. Pero ha sido también un baño de confianza para todo el equipo, que ha vuelto a dejar su portería a cero, con un Ter Stegen inconmensurable, y que ha recuperado la mejor versión de varios futbolistas, entre ellos Philippe Coutinho.
Y eso que el guión no empezó bien para el Barça. Seguramente el United nunca soñó con jugar diez minutos como lo hizo de inicio en el Camp Nou, en los que pasó de todo, desde un remate de Rashford al travesaño a los 35 segundos hasta un no-penalti de Fred sobre Rakitic: primero el colegiado Felix Brych señaló el punto fatídico, pero luego tuvo que rectificar tras consultar el VAR. Demasiadas emociones para tan poco tiempo. El Barcelona no tuvo ni la posesión del balón en los primeros minutos porque el United salió como un cohete. Sorprendió con un rombo en ataque, la velocidad de Rashford y Martial, la presión de McTominay, Pogba, Fred y Lingard. Nada que ver con el partido de ida.
Pero la primera vez que los de Valverde se acercaron asustaron al rival, el United empezó a recular y el Barça supo entonces que el partido iba a ser suyo. La historia ya fue otra. En la primera jugada de peligro, Messi firmó una de esas acciones que todo el mundo del fútbol sabe que la va a hacer, pero que nadie sabe cómo parar. Y, claro, marcó. Un eslalon desde la derecha en diagonal hacia la portería tras una recuperación de Rakitic, un regate sobre Fred, una finta para desequilibrar a Phil Jones y un disparo al palo largo ante el cual David de Gea nada pudo hacer.
En el minuto 15 llegó el 1-0 y, cuatro después, el segundo de Messi. Esta vez tras un clamoroso error de De Gea, que recordó a aquella acción de Arconada que permitió a Platini marcar el primer gol de Francia en la final de la Eurocopa'84. El balón se coló entre el sobaco y el brazo del meta. En un santiamén, el United estaba desactivado y el Barça daba un paso de gigante hacia semifinales tras haberse estrellado las tres últimas ediciones en cuartos —Atlético de Madrid, Juventus y Roma, por ese orden—.
Sintió tanto el gol el equipo de Solskjaer que ya no se recuperó. Los culés camparon a sus anchas. Prolongó el juego por las bandas con Jordi Alba y Sergi Roberto, vivió de la brega de Suárez, de alguna acción remarcable de Coutinho, del juego posicional de los centrocampistas —con un gran partido de Rakitic y Arthur en esas lides—, y de Messi, que creaba, remataba y hasta recuperaba en defensa. Sin noticias del United, el Barça pudo marcar el tercero en la última acción del primer tiempo. Una jugada coral, iniciada con un caño de Messi, culminada con un pase de la muerte de Rakitic sobre Sergio Roberto y un remate del lateral internacional español que salvó De Gea con la cara. Hubiera sido el gol de la temporada en Champions.
Los ingleses salieron derrotados del vestuario. Si con su mejor fútbol perdían 2-0, se prepararon para lo peor y ya jugaron con cinco defensas. Messi tuvo el 3-0 en un remate salvado por Young y Coutinho, en un espectacular remate desde fuera del área, puso el balón en la telaraña de la meta de De Gea para cerrar la eliminatoria a la hora de partido.
El portero español del United soñará con el argentino. En su segunda aparición en el Camp Nou, volvió a encajar gol. Esta noche dos, en la anterior ocasión, como meta del Atlético en la temporada 2010/11, tuvo que recoger tres veces el balón de su red, las tres después de remates de Messi. De ahí al final, el Barça se gustó. Sumó su trigésimo primer partido sin claudicar en Champions en el Camp Nou, donde no pierde desde el 1 de mayo de 2013. Ni un sufrimiento, apuró los minutos y ya espera rival en semifinales, que saldrá del ganador de la eliminatoria entre Liverpool y Oporto —de momento con buena ventaja para los ingleses tras el 2-0 de la ida en Anfield—.
Ficha técnica
FC Barcelona, 3: Ter Stegen; Sergi Roberto (Semedo, m.71), Piqué, Lenglet, Jordi Alba; Busquets, Rakitic, Arthur (Arturo Vidal, m.75); Messi, Suárez y Coutinho (Dembélé, m.81)
Manchester United, 0: De Gea; Jones, Lindelof, Smalling; Young, Fred, McTominay, Pogba, Lingard (Alexis Sánchez, m.80); Rashford (Lukaku, m.73) y Martial (Dalot, m.65)
Goles: 1-0, m.15: Messi; 2-0, m.19: Messi; 3-0, m.61: Coutinho
Árbitro: Felix Brych (Alemania). Mostró tarjeta amarilla a Luis Suárez (m.77), del Barcelona
Incidencias: Partido de vuelta de cuartos de final de la Liga de Campeones disputado en el Camp Nou ante 96.708 espectadores —la mejor entrada de la temporada—, entre ellos unos 5.000 seguidores ingleses