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Champions League

El Real Madrid apela a la épica y al sufrimiento para eliminar al Chelsea en la prórroga (2-3)

El Chelsea se puso 0-3, pero Rodrygo mandó el partido a la prórroga y Benzema terminó dando el pase a los blancos. Courtois, clave con sus paradas.

El Chelsea se puso 0-3, pero Rodrygo mandó el partido a la prórroga y Benzema terminó dando el pase a los blancos. Courtois, clave con sus paradas.
Benzema su gol al Chelsea que mete al Real Madrid en semifinales. | EFE

Se mascó la tragedia en el Santiago Bernabéu. El Chelsea aún tenía mucho que decir pese al 1-3 de la ida en Stamford Bridge y estuvo a un tris de amargar al Real Madrid. Pero lo del trece veces campeón de Europa es sencillamente increíble: da igual que esté como esté porque siempre te la puede liar... y es lo que le ha hecho esta noche al campeón de Europa, que llegaba con el orgullo herido. El equipo de Ancelotti es el anfitrión de un auténtico manicomio futbolístico como el Bernabéu, un escenario mágico que acoge las mejores gestas del deporte rey.

Parecía eliminado el Madrid: el Chelsea se puso con 0-3, después de que a Marcos Alonso le anularan un gol tras tocar la pelota con la mano, y el propio defensa internacional español gozó a continuación de una clarísima ocasión desbaratada por Courtois. Era el minuto 78. Los blues se veían con pie y medio en semifinales, pero sólo uno después, en el 79’, llegaba el tanto de Rodrygo que lo acabaría cambiando todo. Un golazo del brasileño, rematando de volea un gran pase en largo de Modric y en el primer balón que tocó, que permitió a los blancos llegar a una prórroga donde Benzema volvió a vestirse de héroe. Benzema, pero también Courtois. Otra vez el meta belga. En esta ocasión, salvando un remate a bocajarro de Ziyech. El Chelsea lo intentó con alma hasta el final, pero el Madrid, con dos pulmones como Fede Valverde y Camavinga en el campo, acabaría logrando el pase con muchísimo sufrimiento.

Pintaban bastos en el Bernabéu, en lo que a priori parecía ser casi un mero trámite, pero al final acabó apareciendo la magia. El Madrid ha logrado su décima semifinal en las doce últimas ediciones de Champions. Se dice pronto. Una capacidad única del rey de Europa para levantarse cuando todo parece perdido. A los blancos no sólo basta con matarlos, sino que además tienes que enterrarles con varias capas de cal viva... y cuidado que no vayan a resucitar. El París Saint-Germain lo comprobó en sus carnes, en los octavos de final, y ahora el Chelsea en cuartos.

El batacazo del Clásico ante el FC Barcelona (0-4) dejó lecciones que parecían aprendidas. No le faltó intensidad al equipo de Ancelotti, que recuperaba para la causa a Mendy, tras haber sido baja contra el Getafe (2-0), pero perdía a Eder Militao por sanción. Y la baja del brasileño la acusaron en exceso los blancos. La defensa de tres de Thomas Tuchel, que tras el partido de ida se puso la piel de cordero —"no hay eliminatoria", dijo en caliente tras el choque de Stamford Bridge— era una declaración de intenciones y la baza la comenzó a ganar desde una clara superioridad en el centro del campo, donde brilló Kanté junto a Loftus-Cheek y el exmadridista Kovacic.

Salió el Madrid con buena pinta, con Vinicius buscándole rápidamente las cosquillas a un Reece James que enseguida vio la amarilla, pero el gol de Mason Mount, al cuarto de hora, empezaría a inclinar la balanza hacia el lado blue (esta noche yellow). Se precipitaron Alaba y Nacho y dejaron una autopista por el centro que aprovechó a las mil maravillas Mount. Carvajal llegó tarde Carvajal y el inglés conectó un gran disparo ante el que nada pudo hacer Courtois para silenciar el Bernabéu.

Todo cambió entonces. El Chelsea, fresco físicamente y cargado de moral tras el 0-6 que venía de endosarle al Southampton en la Premier League, llevó el partido a donde le interesaba, si bien no volvió a inquietar a Courtois en el primer acto, apenas dos disparos de Kovacic. Tampoco disparó a puerta el Real Madrid en toda la primera mitad y su ventaja de la ida desapareció nada más comenzar el segundo tiempo.

Otro descuido en defensa ante un jugador al que nunca debes dejar libre en una acción a balón parado. De un córner que no era, Rudiger remató de cabeza a placer para instalar el miedo en el Bernabéu. 0-2 con todo un mundo por delante. El Madrid pareció reaccionar: Kroos lo intentó con un lanzamiento de falta desviado por Edouard Mendy y Fede Valverde con un latigazo que salió rozando la escuadra. Pero fue un espejismo porque el Chelsea metió una marcha más al partido para tomar el coliseo blanco. Un error de Ferland Mendy acababa con un derechazo de Marcos Alonso a la escuadra, anulado desde el VAR por una mano cuando su primera intención, centrar, rechazó en Carvajal y le golpeó pese a no tener voluntad.

El partido se puso loco: Benzema estrelló un cabezazo en el larguero y enseguida llegó el enésimo error defensivo del Madrid. Mendy, que jugó sin estar al cien por cien, se precipitó ante el recorte de Timo Werner, que aún tuvo tiempo de sentar a Alaba y marcar el mejor gol de la noche. Un golazo que hacía subir, esta vez sí, el 0-3 al marcador. Se respiraba tragedia en el Bernabéu, con la parroquia blanca viendo cómo su equipo podría encajar algún gol más. De hecho, Courtois sacó una mano salvadora a Alonso y, sólo unos segundos después, llegaría el gol de Rodrygo, rematando de volea un enorme pase en largo de Modric con el exterior del pie.

El brasileño no marca en Liga, pero no falla en la Champions. Su entrada en el campo fue todo un acierto de Ancelotti, como también la de ese portento físico llamado Eduardo Camavinga. El partido entró entonces en un escenario de locura absoluta: Nacho se lesionaba y ya no estaba Casemiro en el campo, sustituido como un Kroos que se cogió un rebote monumental a la hora de abandonar el terreno de juego. Ancelotti metió a Lucas Vázquez y Carvajal pasó al eje de la zaga, mientras que Marcelo se encargó de la banda izquierda al entrar por un desacertado Mendy. Una defensa que jamás pensó alinear Ancelotti.

El Chelsea tuvo el pase con dos claras ocasiones en boca de gol desperdiciadas por Pulisic. pero el partido acabaría llegando a la prórroga. Nada más comenzar el tiempo extra, en la primera acción de peligro del Madrid, llegaría el 2-3 que terminaría por dar el pase a los blancos: Vinícius, voluntarioso pero sin acierto hasta entonces, le puso un centro medido a Benzema. Y el francés, de cabeza como en Londres, firmó el gol que mete al Madrid en semifinales otro año más. En esa prórroga el Madrid estuvo más fresco, aunque tocaría sufrir de lo lindo, como en una intervención de Courtois al remate a bocajarro de Ziyech o a un testarazo de Havertz, muy poderoso por arriba, que salió fuera por muy poco.

Final feliz para el Madrid, que hizo un auténtico ejercicio de masoquismo en el Bernabéu. Volvió a jugar con fuego, pero esta vez no se quemó.


Ficha técnica

Real Madrid, 2: Courtois; Carvajal, Alaba, Nacho (Lucas Vázquez, m.88), Mendy (Marcelo, m.78); Casemiro (Rodrygo, m.78), Kroos (Camavinga, m.73), Modric, Fede Valverde; Vinícius (Ceballos, m.115) y Benzema
Chelsea, 3: Mendy; James, Thiago Silva, Rüdiger, Marcos Alonso; Kanté (Ziyech, m.100), Kovacic (Jorginho, m.106), Mount; Loftus-Cheek (Saúl, m.106), Werner y Havertz

Goles: 0-1, m.14: Mount; 0-2, m.50: Rüdiger; 0-3, m.74: Timo Werner; 1-3, m.79: Rodrygo; 2-3, m.95: Benzema
Árbitro: Szymon Marciniak (Polonia). Amonestó a Benzema (m.37), Valverde (m.68), Camavinga (m.92) y Carvajal (m.118), del Real Madrid; y a James (m.10), Ziyech (m.102), Havertz (m.109), Azpilicueta (m.114) y el técnico Thomas Tuchel (m.114), del Chelsea
Incidencias: Partido de vuelta de cuartos de final de la Liga de Campeones disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante unos 61.000 espectadores

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