Menú

Champions League

El Santiago Bernabéu pone el broche de oro a la larga fiesta del madridismo por la Decimocuarta

Marcelo confirma su adiós y Modric que se queda. Hazard hizo una promesa en Cibeles que ilusionó al madridismo y tampoco faltó la silla de Alaba.

Marcelo confirma su adiós y Modric que se queda. Hazard hizo una promesa en Cibeles que ilusionó al madridismo y tampoco faltó la silla de Alaba.
Los jugadores del Real Madrid posan con la Copa de Europa sobre el césped del Santiago Bernabéu. | EFE

El Santiago Bernabéu rezuma magia no sólo en los partidos, sino también en las celebraciones. El estadio de La Castellana fue este domingo el punto final de la gran fiesta del Real Madrid, que quiso celebrar por todo lo alto la decimocuarta Copa de Europa, conquistada un día antes contra el Liverpool en el Stade de France, pero también la trigésimo quinta Liga, ganada matemáticamente hace un mes pero cuyas celebraciones fueron entonces bastante más austeras, pensando precisamente en la final de París.

Fue el Bernabéu el colofón a un largo día de celebraciones que registró también las visitas institucionales a la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento, además de la primera parada en la catedral de la Almudena y el penúltimo punto en la plaza de Cibeles, donde Carlo Ancelotti y los suyos se dieron el primer baño de masas de la noche antes de la traca final en el estadio.

No faltó nada en el Santiago Bernabéu, donde el actor Miki Nadal ejerció de maestro de ceremonias para presentar a los jugadores y los miembros del cuerpo técnico en medio de un gran espectáculo de luces y sonido. Fue entonces turno para los auténticos protagonistas de esta exitosa temporada 2021/22 en la que el Madrid ha logrado por cuarta vez en su historia el doblete Liga-Copa de Europa, sin olvidar la Supercopa de España ganada en Arabia Saudí el pasado mes de enero. Un título menor, sí, pero que también cuenta.

Ancelotti, una vez más desatado, cantó el himno de la Décima. El italiano fue el primero en alcanzar la plataforma y después lo hicieron sus futbolistas. Lo mejor quedaba reservado para el final. Courtois, Nacho, Luka Modric, Benzema —que fue el más ovacionado por los seguidores merengues— y el capitán Marcelo, que fue el último en comparecer, con la Copa de Europa en las manos.

Visiblemente emocionado, entre lágrimas, el brasileño fue abrazado y hasta manteado por el sus compañeros. Lógico, porque Marcelo es una leyenda en este club, al que llegó en 2007 y que abandona ahora, quince años después, con 25 títulos en su palmarés. Vueltas al terreno de juego, la Copa al cielo y un sinfín fotos sobre el césped con el trofeo para cerrar la noche en un Santiago Bernabéu que volvió a vestirse de gala y que nuevamente destiló magia por los cuatro costados.

Cibeles

Antes, la plantilla visitó a la diosa Cibeles, a la que Marcelo enfundó con los colores blancos ataviándola con la bandera y la bufanda del Real Madrid, además de darle un beso en su adiós como jugador merengue. Los futbolistas y el cuerpo técnico dejaron de lado los trajes de los actos institucionales y se enfundaron entonces una camiseta conmemorativa de las catorce Champions.

Como es habitual, alrededor de la Cibeles se montó una plataforma y un escenario con una pantalla gigante, como en la reciente celebración del título de Liga, y los jugadores y cuerpo técnico se fueron bajando uno a uno del autobús acompañados de cánticos como "¡Campeones, campeones!" o el mítico "Cómo no te voy a querer...". Miles de madridistas repitieron de nuevo en Cibeles, donde ya habían estado la noche anterior, cuando tras el pitido final del partido la zona se llenó de aficionados (unos 400.000, según la Delegación del Gobierno) que acudieron para celebrar la Decimocuarta.

Junto a un emocionado Marcelo, jugadores como Vinicius, Alaba, Kroos y Courtois, además de Ancelotti, se animaron a cantar con unos aficionados que también dedicaron cánticos contra Kylian Mbappé, tras su decisión de renovar con el París Saint-Germain y no fichar por el Real Madrid. Llegó también la promesa de Eden Hazard, dejando un mensaje de optimismo a los seguidores y confiando en ser el mejor ‘fichaje’ para la próxima campaña: "Llevo tres años aquí y el próximo año voy a darlo todo para vosotros", dijo el belga ante el cariño de sus compañeros y los aplausos de los hinchas, que también pidieron el Balón de Oro para Benzema.

Catedral, Comunidad y Ayuntamiento

En Cibeles los jugadores recuperaron la espontaneidad contenida en los actos oficiales previos con los que arrancó la jornada. La visita a la catedral de la Almudena, donde les esperaba el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, y las citas con las sedes de la Comunidad de Madrid y del Ayuntamiento fueron parada fija en el inicio del acto. Fue la ofrenda de los éxitos a la Virgen de la Almudena la parada inicial de la caravana blanca, que partió puntual desde el Santiago Bernabéu. Cientos de personas se agolparon detrás del cordón de seguridad que les separaba de sus ídolos.

"Ha sido un triunfo del esfuerzo. Este grupo de jugadores es un referente y un ejemplo para niñas y niños de todo el mundo. Este equipo y su cuerpo técnico es, ante todo, una gran familia. Todos tienen una inmensa capacidad de trabajo y sacrificio, que es lo que nos ha llevado a ser lo que somos y representamos. Todos compartimos un mismo sentimiento, que han servido para que estas alegrías se puedan vivir en cualquier lugar del mundo", dijo el presidente del club blanco, Florentino Pérez.

Tras completar un trayecto de 13 minutos, con aficionados agolpados en las calles, desde la Catedral de la Almudena, el Real Madrid se detuvo en la sede de la Comunidad de Madrid, donde le esperaba como anfitriona la presidenta, Isabel Díaz Ayuso, quien estuvo presente el sábado en París viendo la final de la Liga de Campeones que el equipo blanco ganó al Liverpool.

Ayuso, reconocida seguidora madridista, recibió de manos de Marcelo una camiseta conmemorativa de la final de la Champions, con el dorsal ‘1’ y "Díaz Ayuso" en la espalda, que no dudó en ponerse. Marcelo confirmó que el partido en París fue el último suyo con la camiseta del conjunto blanco. La gente le respondió con un mensaje "¡Marcelo quédate!". "Tengo la satisfacción de agradecer y ofrecer las dos copas de esta temporada. Quería agradecer también a la Comunidad de Madrid, que es una ciudad maravillosa y que disfrutamos mucho de vivir en ella", dijo la presidenta, que también tuvo un guiño con "San Courtois" por sus "paradas" y sus "gadgeto-brazos".

"Hoy es un día en el que todos estamos felices por el trabajo bien hecho. Es momento para poner en valor lo que se está consiguiendo en una de las épocas más bonitas y difíciles de nuestra historia. Las cinco Ligas de Campeones en ocho años serán algo muy difícil de olvidar para todo el mundo. Hemos llegado hasta aquí con el lema ‘el Real Madrid nunca se rinde’. Ahora, a por la Decimoquinta", concluyó.

Después de la Comunidad la expedición partió rumbo al Ayuntamiento de Madrid donde concluyó los actos institucionales. El alcalde José Luis Martínez-Almeida hizo de maestro de ceremonias sin olvidar que sus colores son los del Atlético de Madrid. "Qué complicado nos lo ponéis a los que no somos del Real Madrid. Esta Copa de Europa permanecerá en la memoria de todo el madridismo por lo que han supuesto todas las eliminatorias, especialmente contra el PSG cuando una persona que lo ha ganado absolutamente todo como Benzema fue a robarle el balón al portero", prosiguió un Almeida que tampoco dudó en lanzarle una pulla a Courtois. "En el lado bueno también estamos los que lloramos en Lisboa contigo", le dijo el alcalde al belga.

Aparcó los formalismos con su visita al Ayuntamiento para enfilar el encuentro directo con la afición. La plantilla dejó el autocar al uso para recorrer las calles en un autobús descapotable con el se trasladó a Cibeles y después al Bernabéu. Dos paradas finales donde los jugadores, Ancelotti y resto de miembros del cuerpo técnico volvieron a ser aclamados por miles de enfervorizados madridistas.

Temas

0
comentarios