Slavko Vincic no tuvo su mejor noche en el partido de Champions que el Inter de Milán y el FC Barcelona disputaron en el Giuseppe Meazza (1-0). El árbitro esloveno, de 42 años, se tragó un claro penalti a favor de los azulgranas en el descuento, por mano de Dumfries dentro del área, y decidió anular un gol a Pedri, que hubiera supuesto el empate en el marcador, por una mano previa de Ansu Fati. Asimismo, no señaló un posible penalti sobre Ousmane Dembélé en la primera mitad.
En definitiva, una polémica actuación que ha desatado la indignación en todos los estamentos barcelonistas. Empezando por su entrenador, Xavi Hernández, que muestra su "indignación" con el arbitraje de Vincic. "Es una injusticia", añadió el técnico de Tarrasa.
Pero lo cierto es que, más allá de los escándalos protagonizados en los terrenos de juego, Vincic también ha tenido una vida turbulenta fuera de ellos. Y es que el colegiado esloveno, que es internacional desde 2010, fue detenido hace dos años en Bosnia-Herzegovina por su supuesta implicación con una red dirigida por Tijana Maksimovic, que estaba acusada de prostitución y proxenetismo.
Junto a ella fueron detenidos otros 26 hombres a los que se denunció por utilizar los servicios sexuales de Maksimovic y de otras ocho mujeres, además de imputárseles delitos de consumo y uso ilegal de drogas y armas.
La trama fue desarticulada en la localidad bosnia de Bijeljina. La policía encontró en esta ciudad un local de alterne con nueve mujeres que ejercían la prostitución, además de varias armas entre las que figuraban diez pistolas y varios chalecos antibalas, 14 paquetes de cocaína y 10.000 euros en efectivo.
En ese momento se encontraban allí 26 hombres y entre ellos estaba el árbitro del último Inter-Barça disputado en el Giuseppe Meazza.