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LLEVA 21 AÑOS COMO PRESIDENTE

El aburguesamiento de Odriozola al frente de la Federación de Atletismo

Odriozola lleva 21 años aferrado a la Presidencia de la Federación de Atletismo. Su llegada al poder, tres años antes de Barcelona 92, coincidió con la edad de oro de este deporte. Ahora que los resultados no son los mejores, no sólo no hace autocrítica, sino que culpa al "aburguesamiento" de ciertos atletas.

Odriozola lleva 21 años aferrado a la Presidencia de la Federación de Atletismo. Su llegada al poder, tres años antes de Barcelona 92, coincidió con la edad de oro de este deporte. Ahora que los resultados no son los mejores, no sólo no hace autocrítica, sino que culpa al "aburguesamiento" de ciertos atletas.

Después de volver a errar en la predicción de medallas de cara al Europeo de Atletismo que acaba de finalizar en Barcelona, el máximo responsable del atletismo español no hace autocrítica y culpa a su alrededor sin mirarse el ombligo. Como siempre, sus predicciones pecaron de osadas. Esta vez, vaticinó 15 metales y nos quedamos en poco más de la mitad, ocho. ¿Falta de realismo o peca de optimismo? Desde luego, los atletas lo tienen más que claro y ven el análisis de su presidente como poco ajustado a la realidad del atletismo.

José María Odriozola culpa del discreto papel de algunos de nuestros atletas a un "aburguesamiento", ya que "en España se vive muy bien", argumenta este catedrático de bioquímica que lleva 21 años en el mismo cargo. Sin embargo, algunos deportistas, ésos mismos que se dejan la piel en soledad en las pistas españolas, se quejan de la falta de medios y de trabajo por parte de la Federación cuyo objetivo primordial debería ser dotarles de herramientas para lograr sus éxitos y no hacerse fotos con ellos en lo más alto del podio. Nuestro plusmarquista en 100 metros, Ángel David Rodríguez, se quejó, tras la carrera de 4x100, de la falta de trabajo y de profesionalidad en la Federación tras errar en la entrega del testigo en la prueba de relevos.

Con un palmarés deportivo bastante discreto –campeón de España absoluto en 4x400–, la gloria le ha llegado con la dirección de la Federación Española de Atletismo donde se está eternizando en el puesto. A él accedió el 14 de enero de 1989 y lleva ya más de 21 años al cargo de la misma. Al comienzo de su mandato vivió de los éxitos del atletismo español espoleado por los Juegos Olímpicos de Barcelona y ganó tres elecciones al cargo. Sin embargo, en los últimos diez años los resultados están siendo cada vez más exiguos, pero no encuentra rival que le aparte del sillón presidencial. Mientras tanto, el divorcio entre atletas y Federación es más evidente.

Antes de la llegada de Odriozola a la presidencia de la Federación, España había logrado únicamente dos medallas en las pruebas de atletismo en los Juegos Olímpicos, en Moscú y en Los Ángeles. Tres años después de su llegada, el atletismo español alcanzó su cenit en los JJ.OO. de Barcelona con cuatro medallas, dos de ellas de oro. A partir de ahí, el declive ha sido paulatino y no hemos vuelto a escuchar el himno nacional en un estadio olímpico. Hasta el punto de que en los últimos Juegos de Pekín no agarramos ni siquiera un metal, hecho que no sucedía desde Seúl 1998.

En los Mundiales de Atletismo el caso es paralelo. Aprovechando el empuje de Barcelona 92 logramos en Stuttgart nuestro mejor resultado histórico con un séptimo puesto en el medallero con 5 medallas, dos de ellas de oro. Mantuvimos el nivel hasta los Mundiales organizados en Sevilla donde finalizamos en el octavo puesto con 4 medallas, dos de oro. A partir de aquel momento, sólo Marta Domínguez, en los pasados Mundiales de Berlín, ha sido capaz de subir a lo más alto del cajón. La culpa, como dicen desde la Federación, es sólo de los atletas, su gestión no tiene nada que ver.

En los Europeos al aire libre la dinámica no es exactamente la misma que en las dos máximas competiciones a nivel de atletismo. Nuestro tope lo alcanzamos en Munich 2002 cuando alcanzamos 15 medallas, seis de ellas de oro. En los últimos de Barcelona finalizamos con 8 preseas.

Durante la década de los 90 nos alegramos con los éxitos de atletas de la talla mundial de Fermín Cacho, Abel Antón, Martín Fiz, Daniel Plaza o Valetín Massana. En la década que acabamos de finalizar, Marta Domínguez y Paquillo Fernández nos regalaron medallas y triunfos que permanecen en nuestra retina. Odriozola ha vivido durante muchos años del esfuerzo y los grandes resultados de estos atletas, ahora carga las tintas sobre ellos y rehuye su parte de culpa como máximo responsable del atletismo español.

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