El Milán se abre la puerta de la final al vencer a un PSV que no mereció tanto castigo (2-0)

(Libertad Digital) Al PSV le ha faltado un jugador capaz de cazar y convertir en gol los balones que por el área pasaron. Farfán, Park y Van Bommel lo intentaron, pero no terminaron de disparar con peligro al marco de Dida. En cambio el Milán tiene varios. Empezando por Shevchenko, un jugador de gran calidad y movimiento, de notables recursos técnicos y que no desaprovecha ocasión que se le presenta, y siguiendo por el menos elegante Tomasson, que siempre sabe aprovechar un balón suelto.

El partido resultó interesante y jugado a buen ritmo desde el pitido inicial. El Milán, que recuperaba a Andrea Pirlo y Jaap Stam, salió enrabietado y con una fuerte presión en medio campo para volcarse inmediatamente sobre la meta visitante. Así, ya en el tercer minuto, Gomes tuvo que emplearse a fondo ante un intento de Shevchenko de superarle por alto, tras un excelente pase en largo de Maldini. Diez minutos después, el meta brasileño del PSV tuvo que intervenir nuevamente a un disparo de Crespo, al que siguió tras el pertinente saque de esquina un remate alto de Stam. El cuadro rossonero jugaba con velocidad, robaba pronto el balón y buscaba con balones largos verticales los desmarques de su pareja atacante. Pero, una vez pasados los primeros minutos de agobio, el PSV empezó a respirar y, con una mejor presencia de Van Bommel y del veterano Cocu, buscó las espaldas de la defensa milanista con la velocidad de sus delanteros.

 

Fue el peruano Farfán quien dio el primer aviso a la meta de Dida, y quien poco después se vio agraciado por un débil disparo del estadounidense Beasley en una rápida acción en la que el delantero del PSV hizo todo bien menos el remate final. El conjunto holandés daba la cara, se mostraba bien trabajado en contención por el veterano técnico Guus Hiddink, cerrando bien las entradas por bandas de Cafú y Kaladze. Pero apenas cumplida la media hora, el Milán volvió a atacar al rival con una fuerte presión y, además, comenzó a funcionar el brasileño Kaká. Dos disparos suyos estuvieron cerca del gol, pero lo evitó con dos buenas intervenciones su compatriota Gomes (m.30 y 34). Al Milán se le veía cerca del gol. Y este llegó tras un medido pase central de Kaká sobre Shevchenko, quien se escapó de una adelantada defensa holandesa y se plantó ante Gomes, al que superó con su habitual maestría. Un 1-0 que hacía justicia a la mayor presencia milanista y llegaba en el momento psicológico al borde del descanso.

La segunda mitad vio de inicio a un PSV distinto y no sólo por la entrada en centro del campo de Lucius en lugar del defensa Bouma, a quien Shevchenko se le escapó como quiso, retrasando Cocu su posición hasta la zona central defensiva. El PSV también había cambiado su actitud y se mostró más valiente; mientras que el Milán se presentaba en una falsa espera, pues intentaba aprovechar los balones perdidos por el rival para golpearle rápidamente al contragolpe con espacios más libres. Pudo llegar la igualada del conjunto holandés, donde creció en juego el surcoreano Park, si sus jugadores hubieran estado más atinados en el remate final. Y, sobre todo, pudo elevarse al marcador el segundo tanto milanista. Pero, primero, Crespo (m.53) estuvo poco entonado y, luego, Gomes (m.57) volvió a lucirse ante un remate de Shevchenko que parecía penetrar en la meta holandesa. El partido dio paso a unos minutos de ida y vuelta, con nuevo peligro por banda sobre una meta milanista que se veía beneficiada por la falta de tino en el último toque por parte de los jugadores del PSV.

Carlo Ancelotti intentó dar más cuadratura a su centro del campo con la entrada de Ambrosini por un Pirlo con poco oxígeno por la lesión muscular que le ha mantenido unas semanas de baja. Y, después, sacó a Serginho para ayudar en banda a un Kaladze que sufría con las entradas de Park. El Milán parecía conformarse con el 1-0, pero, sobre todo, deseaba evitar un tanto holandés. El PSV pudo encontrarlo con un disparo de Van Bommel, pero fue demasiado centrado. Y, a continuación, tras jugada de Kaká, el Milán le castigó al aprovechar Tomasson un balón suelto (m.90). Un duro correctivo para el PSV Eindhoven, pero que acerca al Milán a la que puede ser su décima final en la máxima competición continental.